Madre de mis 4 Hermanos ©

Capítulo 2

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Llegamos al apartamento luego de tomar un taxi, cabe aclarar que no tengo auto por mi irresponsabilidad, pero ahora todo acabara.

Pues soy "madre" y mis hermanos lo son todo para mí.

Entramos a mi hogar y mientras yo preparaba algo para cenar, ellos me ayudaron guardando sus cosas en mi habitación, el piso en el que vivo solo es de un cuarto y como tal hay una cama y un armario, así que no lo dude ni un segundo y les deje mi habitación para ellos, yo dormiría en la sala.

—Ahora es cuando entiendo lo que mamá hacía por mí, y cuando le preguntaba me respondía con "cuando seas madre lo entenderás", no sé si criar a mis hermanos cuenta como ser madre.

—Pero mamá si me estás viendo y escuchando en cualquier lugar que estés es ahora cuando más te entiendo. —ok eso fue raro parezco una loca y más ahora que hablo sola y en voz alta.

—Que entiendes hermana. —me sorprendió Samuel.

—Oh! Mis amores ya terminaron de acomodar sus cosas.

—Si hermanita, pero baby no nos ayudó en casi nada esta es jugando con Lía a las muñecas y nos dejaron todo el trabajo ¿verdad Samuel?

—Si eso es verdad no nos ayudaron.

—Está bien no estén enojados con ellas si, ustedes son los niños más juiciosos y buenos que hay en el mundo, les quiero dar las gracias por ayudarme guardando sus cosas y las de ellas son los niños más lindos que he visto en mi vida verdad que sí.

—Auch! Hermana no nos jales el cachete.

—Vale, vale—Digo levantando las manos en señal de paz —Además sé que baby no les ayudó para poder distraer a Lía en lo que yo terminaba la comida, así que vayan a llamar a sus hermanas para cenar todos juntos.

—Oki ya vamos por ellas que tengo mucha hambre, corre Nath.

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Terminamos de cenar y aún era temprano, pero como buena madre mandé a dormir primero a lía le cante y enseguida se durmió, no es por alardear, pero en lo que soy realmente buena es cocinando y un poco para el canto.

Cuando salí los niños estaban mirando la tele y quise aprovechar que estaban los tres más grandes para contarles la noticia de nuestro padre y Sandra.

—Niños antes de que se vayan a la cama a descansar quiero hablar con ustedes de algo muy importante, pero necesito que me prometan que lo tomarán para bien sí.

—Que ocurre Fiorela no quieres que nos quedemos contigo perdónanos por no ayudarte a lavar los platos de la cena prometemos turnarnos para hacer los oficios, pero no nos lleves de vuelta...

—¡No! —Niego alarmada que ocurre con Nath —Dios mío no es de lo que tenemos que hablar, sería una mala hermana si los dejará solos, ustedes saben muy bien que los amo más que a nada ¿verdad?

—Si hermana, pero creímos que te estorbábamos como nos lo decía todos los días Sandra.

—¿Nath Sandra los trataba muy mal mientras no estuve con ustedes? —Pregunte con cierta impotencia son unos niños maldición merecen solo amor.

—Si nos regañaba por todo y nos dejaba sin lonchera para la escuela a veces.

—No lo puedo creer de verdad perdónenme por no estar con ustedes todo este tiempo —Digo con mis ojos cubiertos de lágrimas los abrazo para demostrarles que de ahora en más tendrán a alguien que los cuidara, después de todo somos una familia.