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El que se robe mis historia...
Te sentías secuestrada, como en una amplia jaula, tenía control sobre todos y cada uno de tus electrodomésticos, la IA, tu teléfono, computadora, todo, se tomó la molestia de conseguir cámaras dentro de tu casa para vigilarte, se pegó a ti como un chicle, más que antes incluso, paso todo su tiempo en tu casa o en la suya, los únicos momentos libres eran tus clases, ambos estaban en niveles diferentes y además, estaba comenzando a infectar a otras personas, lo sabías, lo notabas, miradas de gente que no conocías tan intensas que te daban una incomodidad enorme.
Tu novio no estaba a la vista, siempre era Lev, no podías tampoco mencionar a Cían, sus ojos se llenaban de rabia y apretaba fuertemente lo que sea que estuviera en su mano, como muestra de ello estaban tus piernas, algunos moratones por su fuerte agarre cuando le preguntaste.
Te sentías desesperada, querías salvar a Cían y por ende al resto que Lev estaba infectando, el problema era como hacerlo sin que el SQUIP se diera cuenta.
— Oí que Héctor está vendiendo algo... — La persona a la que estabas escuchando chasqueó sus dedos intentando recordar, por el rabillo del ojo notaste a Lev acercándose a ti, pero querías saber si era lo que pensabas — Su nombre es extraño ¿SQUIP era? No lo recuerdo bien, nunca había escuchado de una droga así. — Te separarse antes de que Lev se acercara más, te tomó del brazo acomodándote mejor a su lado, pasándolo luego por tu cintura.
Debías acercarte a él, afortunadamente esta zona no tenía cámaras de seguridad, lo cual agradecías, hacer contacto con Héctor fue complicado, parecía errático cuando lo veías, además de que estudiaba con Cían, iban a las mismas clases, asumiste correctamente que esté chico también tenía un SQUIP, pero no podías decirle para que querías su contacto.
Sólo necesitabas únicamente de unos pocos segundos para preguntar y anotar el número, lo atrapaste rápidamente.
— ¡Hey! Escuché que conoces a alguien que podría venderme un SQUIP ¿No te importa darme su contacto? — Sonaba extraño y apresurado, por lo que dudó ante tu pregunta — Investigué lo que pude de ellos, no te preocupes, se lo que hacen. — Quisiste fingir confianza, rezando que su deplorable estado mental te ayudase conseguir el numero, finalmente te dio una tarjeta que tan pronto le agradeciste y te volteaste ocultaste en tu sostén, miraste a todos lados buscando a Lev que no se miraba, hasta que apareció para finalmente buscarte, esperabas que todo saliera bien, querías creer que todo saldría bien
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Habías pedido permiso para ir al baño y de un teléfono ajeno concertaste una cita con el proveedor, aquel día, cerca de esa hora, debías escaparte de la clase e ir a encontrarte con el hombre, sería una pesadilla si Lev te descubriera, por lo que elegiste un centro comercial cerca, corriste al poco tiempo de que todos entraran al aula, sin el profesor dentro aprovechaste para huir al encuentro.
