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El que se robe mis historia...
Recostada en el regazo de mamá, pedía explorar la vida por medio de sus palabras.
— Mamá ¿Cómo será mi futuro esposo? — La mujer pálida y de cabellos negro me acomodó sobre ella, dejando mi cabeza en su pecho, mi oreja contra su corazón, escuchando el suave y constante palpitar.
— Estas muy pequeña para preguntar eso, pero voy a decirte amor. — Colocó su mano en mi cabeza, acariciando mi cráneo, dejándome en la comodidad de sus abrazos — El amor es complicado, es largo y extraño, tiene muchos caminos, muchos finales y tu eres quien elegirá cual se tomará. — Miré hacia arriba con la esquina de mi ojo, observando su rostro apacible.
— ¿Como puedo saber cuál es el correcto? — Pregunté, nerviosa y curiosa por la respuesta.
— Tú deberás aprender, mamá no siempre podrá ayudarte, debes recordar, la gente siempre tiene dos caras, la tiene mamá y también la tienes tu, pero debes preguntarte, si alguna de las dos va a hacerte daño. — La mire a los ojos, ojos raros, los ojos de mamá eran raros, quería seguir escuchando — El esposo de mi hija no debe menospreciarla, ni a sus sentimientos ni a su persona, el esposo de mi hija debe ser fuerte para cuidarla y apoyarla, el esposo de mi hija debe conocerla tanto como lo hago yo y debe serle fiel, no darle la espalda ni traicionarla, el esposo de mi hija no debe ser perfecto, pero debe ser perfecto para cuidar de mi bebé. — Mamá acarició mi cabello un rato mas y caí dormida en su pecho — El esposo de mi hija no debe hacerle daño. —
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— ¿Que hacías afuera a esta hora? — Escuchen su voz tan pronto cruce el umbral de la puerta, lo mire, sintiéndome pequeña ante su imponente ser.
— Estaba visitando a mamá, había hecho comida demás, aproveche para visitarla, además no es tan tarde, son las siete de la noche. — A pesar de la intimidación, no deje que se notara, la tensión era leve, seis meses desde que nos casamos ¿Él siempre había sido así?
— No estoy regañándote, sabes lo peligroso que es, prefiero que te quedes en casa. — Ahora hacia un contraste enorme en cuanto a sus palabras iniciales, su tono era más pasivo ¿Porque siento que algo está mal?
— Tranquilo, no estaba pensando mal, ven, aun está caliente. — No paso desapercibido su gesto de desaprobación hacia la comida que llevaba en las manos y no siento que sea hacia la comida en sí, puesto que ningún comentario fue emitido en contra de este.
