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El que se robe mis historia...
Una historia que comienza muchos años atrás, mucho antes que tus abuelos, una historia que comienza con un hombre, un hombre que ama mucho, demasiado.
Un hombre que no puede contener su amor y decide tomar por la fuerza a su amor no correspondido.
Hace muchos años, un hombre de pelo rojizo, de linaje noble observa a una doncella de otra familia, decidió cortejarla, sin embargo, sus afectos no eran recíprocos.
Reed no se daría por vencido, ni tampoco dejaría que alguien mas tomara un lugar que para él ya había reclamado, el hombre haciendo uso de poder arrinconó a la mujer, la despojó de su familia poco a poco, estancando la vida social de su familia, bloqueando sus negocios forzando a su familia a la banca rota.
Aun en este estado, la mujer negó su propuesta una vez más.
Pero Reed no es alguien que desista tan fácil.
Acusó al padre de traición, se acercó una última vez, la vez en la que la mujer cedió a su propuesta.
— No pienses por un momento que has ganado, esto aún no ha acabado. —Una amenaza vacía en ese momento, su padre en espera de ejecución la detenía para poner en marcha una venganza.
Reed se confió, las hojas empezaron a caer y pronto el frio de invierno se acercó, la fecha de la boda consigo.
Deslumbrante como ninguna otra la novia entró por las puertas de la iglesia sola— Mi padre no tiene que llevarme a este altar. — Fue su respuesta, pero esto no perturbó al novio, un detalle tan pequeño no arruinaría el día.
Reed dio sus votos y su sí, una sonrisa de oreja a oreja.
La novia dio sus votos y un si entre dientes, una cara indescifrable, pero que ciertamente estaba lejos de la felicidad.
En el viaje a la luna de miel hubo un pequeño incidente, las ruedas se torcieron, arrojando el carruaje por un abismo, Reed atrapó a su esposa y por fortuna ninguno de los dos salió herido, al salir del carruaje Reed lo inspeccionó, pero pronto sus acciones se vieron interrumpidas por un golpe en su costilla, seguido de un dolor punzante que pronto se volvió paralizante.
Hay algo mal, le cuesta respirar, es como si se estuviese ahogando de repente, toma una bocanada de aire y empieza a toser, hay sangre en su boca, puede sentir el sabor y verla en sus manos cuando las pasa por su cara.
Lo sabe, al mirar hacia atrás, ve a su novia con puñal en mano, su vestido impecable, el objeto en su mano siendo lo único manchado, ni sus guantes ni su vestido se encuentran sucios.
— Pensaste que podrías tomar lo que querías sin nada a cambio, pensaste que te dejaría tomar mi libertad, No solo eres egoísta y codicioso, demasiado confiado para tu propio bien, nadie está libre de las manos de la muerte, no importa cuanto poder tengas a tu alcance. — Su vista se va desvaneciendo, solo pudiendo escuchar la voz de la que era su esposa — Eh aquí mi venganza, espero que en la otra vida seas castigado por todo lo que me has hecho. —
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