【Doctor X ¡Yandere! ¡Forense! Reader】

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【C A R E】

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Te esforzabas tanto, tu y la gente que te conocía lo sabía, mantener un equilibrio entre tu trabajo, vida y sanidad mental era como hacer malabares en los que tu sanidad mental a veces era tan pesada como una bola de bolos.

Pero vivías, lo que mirabas como un logro.

Vivías por vivir, pero vivías.

Quizás fue por ello, por la falta de un motivo, por la falta de alguien a quien aferrarte cuando quieres tirar todo y huir. Quizás fue por la calidez que te trasmitía desde que lo conociste por primera vez en casa de un amigo.

Era dolorosamente obvio, para ti y para el resto lo mucho que te gustaba, para todos menos para él, pero pensaste que era mejor así, solo mirarlo hacer su vida y vivir la tuya para observarlo crecer.

Disfrutaste de sus cuidados, sus preguntas sobre como te encontrabas, su consternación sobre tu salud física, tu falta de sueño o tus mareos por el agotamiento.

No estabas acostumbrada y realmente lo adorabas.

Innumerables veces te intentaron empujar a confesar tus sentimientos, pero te negaste, siendo dolorosamente consciente sobre la carencia de familiaridad entre ustedes dos, después de todo, eran solamente conocidos y como un doctor, tampoco sería fácil encontrarlo fuera, así que el mejor curso de acción en tu mente fue detenerte y observarlo.

Creíste que podrías manejarlo, ser simplemente una observadora.

Evidentemente no fue así.

Todas tus emociones estaban allí incapaces de reprimirse, incapaces de esconderse o disimularse, todas las mariposas en el estómago cuando podías conversar con él, cuando te daba algún cumplido y cuando te empujaba a participar más en las conversaciones.

Tus emociones, las mariposas y el ardor de los celos.

El ardor en tu pecho que te subía hasta el cuello cuando llegó con su nueva pareja de la mano y la presentó a todo el grupo, besando su mano de la que no se había soltado desde que llegó. En ese momento querías llorar y gritar, jalarla lejos y aferrarte a él gritando que era tuyo.

Fue tan real que te asustaste, volviendo a la realidad para darle una pequeña sonrisa y un saludo con la mano desde cierta distancia.

Quieres ignorar que ella está aquí, que ella es su pareja, pero es imposible, ambos lo hacen imposible.

Casi como si ella lo hiciera a propósito par restregarte en la cara que el hombre que amas es de ella y no tuyo.

Sabes que desde un inicio no querías acercarte, querías verlo crecer, tener pareja y formar otras relaciones debería ser parte de eso.

Pero no puedes, no quieres, no pensaste en eso antes de tomar tu decisión de solo observarlo, no es que la romperías, seguías prefiriendo no actuar sobre tus sentimientos.

Pero preferías si ella no intervenía con tu visión.

¿Qué cosa puedes hacer...?

Oh, que cosas no eres capaz de hacer.

Dios debe amarte tanto al ponerla en tu camino para disponer.

No es que supieras sobre su rutina nocturna, por supuesto que no.

Blood Ocean | ¡Yandere! x Reader | One Shot'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora