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El que se robe mis historia...
Y si quería morir ¿Cuál sería el problema? El vacio que sentía dentro de sí mismo no podía hacerse ya más grande, si, sería un pequeño inconveniente para los que se encargarían de recoger su cadáver, pero ¿Y eso a él qué? Para eso le pagan a la policía y los forenses, se encontraba sobre la barandilla del puente, bajo sus pies el río corría con fuerza, con sus manos se sostenía de las vigas que tenia a los costados, su cuerpo se inclinaba peligrosamente hacia adelante, relajó el agarre y cedió ante la gravedad.
Fue jalado con fuerza desde atrás por su chaqueta, cayó de espalda y sobre alguien, a sus costados habían dos piernas con medias hasta debajo de la rodilla, al girar la cabeza un poco vio que detrás suyo estaba una chica de más o menos su edad, la niña tenía un cuerpo pequeño en comparación a la fuerza que había ejercido para jalarlo así, tenía un uniforme y respiraba agitada "Ella es... Muy bonita."
— ¡¿P-por qué hacer eso?! — Su suave voz denotaba nerviosismo e inseguridad, supuso por no estar acostumbrada a hablar muy fuerte.
— Quiero morir. —Dijo firmemente sin dejar de mirarla a los ojos.
— Acaso... ¿No tienes a nadie que se preocupe por ti...? — Preguntó la joven sosteniendo aun su chaqueta desde atrás.
— Eso no importa, la muerte suena mas divertida, estar vivo es... Aburrido... No tengo algún motivo por el cual seguir. — Seguía mirándola sin ninguna expresión, parecía muerto en vida
— Si no las tienes, búscalas... No seas egoísta, no pienses solo en lo que tú sientes... Tienes una familia, una madre ¿Acaso sabes lo que cuesta tener a un niño, criarlo y que muera así...? No solo morirás tú... Una parte de los que te quieren también se irán contigo —La niña callo unos momento y apretó los ojos con fuerza — ¡N-no seas cobarde! ¡Si no tienes un motivo por el que vivir! ¡Búscalo! ¡No te vayas por el camino fácil! —Hiso el intento de que su voz sonara más fuerte y abrió los ojos para fijarse en el— No huyas... De las cosas así como así, muchas personas sufren mucho todos los días... Pero no por ello van a suicidarse... Ellos quieren vivir mejor.... Ningún motivo es suficiente motivo como para desear tu propia muerte. — Finalizo sin despegar su mirada de los ojos del joven.
En ese momento, el encontró una razón para seguir respirando
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Los días pasaron y ambos se encontraban seguido en el mismo puente, la mayoría de las conversaciones las iniciaba el joven notando la evidente timidez de la chica al enredarse con algunas palabras, no tenía muchos amigos, nadie la trataba mal, solo que al enredarse mucho al hablar le daba vergüenza entablar una conversación con alguien y terminaba por evitarlo, sin embargo, al igual que habían cosas de las que el joven se percataba, también habían cosas de las que la niña también se daba cuenta, ciertas heridas auto infringidas que la preocupaban y se lo hacía saber, pero, el motivo no era algo que ella podría imaginarse fácilmente ¿Dolor? ¿Depresión? ¿Desesperación? Ninguna, aunque si un poco de la ultima.
Él quería su atención.
Él estaba desesperado por su atención.
Constantemente hacia nuevas incisiones en sus brazos, no con el objetivo de morir, quería que la joven lo notara y poder observar su expresión preocupada y disfrutar de la atención que la chica le proporcionaba, ocasión tras ocasión, más y más heridas hacían aparición, preocupada y horrorizada le reclamaba solo para obtener un encogimiento de hombros por parte del albino.
Sin embargo, de verdad se asusto cuando no la fue a ver al puente, preocupada fue a su casa, su familia no se encontraba, ella tenía una copia de las llaves que la familia del joven le habían dado, la familia se encontraba encantada con la presencia de la joven cuando iba de visita, después de todo, su hijo les contaba maravillas sobre ella, entro a su cuarto y se dirigió al baño, la puerta estaba abierta.
Se encontró con el cuerpo del niño boca abajo sobre un charco de sangre que provenía de los grandes cortes sobre sus muñecas y un cuchillo atravesando su ojo, corrió a llamar a la policía y espero llorando en el cuarto del chico, sobre su cama, estaba un cuaderno de un tamaño mediano, supuso que era su diario, dispuesta a encontrar pista del porque estaba así busco entre las ultimas cosas que había escrito, lo leyó, luego de unos momento horrorizada lo soltó, allí estaba, escrito sobre el papel se encontraba descrita la obsesión del albino, el motivo de sus cortes y del porque ya no quería morir, lloro con fuerza lastimando su garganta no acostumbrada a ese volumen, no se percato cuando la policía llego y se guiaron por el llanto de la niña y la sacaron de la habitación, en el piso, se encontraba las últimas cosas que él había escrito y el 'punto desde el cual ella había dejado de leer, el había empezado a considerar llevarse al mas allá con él.
Días después, la policía lo había colocado como un accidente, dado el contenido del diario y por cómo estaba la escena, el había resbalado con su propia sangre luego de cortarse más profundo de lo planeado y su cabeza había caído sobre el cuchillo matándolo al instante.
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