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El que se robe mis historia...
Usualmente los dones se complementan con la personalidad de su portador.
El don de sanar, para un alma amable y caritativa.
Los de tu especie pensaban que a veces eras demasiado amable, demasiado ingenua, muy manipulable, eras bien cuidada, bastante apreciada en tu ciudad, tanto por los altos rangos como por los demás ciudadanos, eras huérfana desde los doce años, por lo que una de las consejeras te tomó bajo su cuidado, educándote sobre tu propio don y demás cosas, eres un buen prospecto para formar parte de los médicos de élite, uno bastante bueno, siendo educada por ellos mismos a petición de la consejera.
— Illya. — Dices su nombre al verla nadar hacia ti.
— ¿Cómo estas querida...? — Si bien es tu cuidadora, es una mujer ocupada, no es que sean escasas las veces que se encuentran, pero tener conversaciones largas no es algo que pase a menudo, entre tus estudios y sus obligaciones no hay mucho tiempo para que ambas la pasen juntas, aun así, la aprecias.
— Nada realmente, quería salir un rato... ¿Puedo...? — Siendo básicamente la hija, aunque adoptada, de una consejera, se tenía bastante cuidado con tu seguridad, la misma mujer era bastante cuidadosa, comprendías los motivos, pero no podías evitar sentirte un poco prisionera.
— Está bien. — Era sorprendente que aceptara tan rápido, aun mas, ya que por su rostro inexpresivo, era casi imposible predecir sus respuestas — Eres alguien curiosa, además, llevas un tiempo sin salir, puedes explorar tanto como quieras siempre y cuando llegues antes de que la luna se asome y no pases de los límites. — Asentiste, bastante contenta, las condiciones eran fáciles de cumplir, de todas formas, no eras alguien que rompiera las reglas, especialmente la de los límites, sabias lo peligroso que sería.
— Intentaré volver lo más temprano que pueda. — Illya te envió una mirada de advertencia y solo reíste, te despediste con la mano y nadaste fuera de la ciudad.
— ¡No te alejes mucho! — Te gritó uno de los guardias al verte nadar fuera.
— ¡No lo haré! —
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Tu búsqueda de plantas medicinales y objetos de navíos se extendió hasta una cueva bastante profunda, sin embargo, unos sonidos que no reconocías te llamaron la atención, los movimientos en el agua te alertaron sobre la presencia de algo más allí contigo "No sé qué tan buena idea sea ir a revisar... Mejor me voy..." Giraste para nadar de vuelta a tu ciudad, pero algo mas te detuvo.
