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El que se robe mis historia...
No puedes justificar una mala conducta por un pasado trágico, pero si se sabe que contribuye a la formación de la personalidad de una persona.
Encaja con lo que pasa contigo.
Viniendo de una familia sumamente pobre, soñaste con tenerlo todo, observando con anhelo y envidia las cosas que tenían tus compañeras y amigas, ya no tan amigas debido a como se desarrollo tu personalidad con el paso de los años.
Sin embargo, no todo era malo en ti, esta situación también saco cosas buenas, ponías el alma en lo que hacías para sacarle el máximo provecho a tu talento, bailar, en lugar de robarle o ese tipo de cosas a tus amigas, te esforzabas en ser mejor que ellas, una mente ambiciosa desde muy joven, dispuesta a pasarle por encima a quien fuera con tal de lograr lo que querías, muy trabajadora, a pesar de todo, sabias a la perfección que si querías mucho, debías trabajar el doble para conseguirlo y estabas más que dispuesta, memorizabas de la televisión e internet todas y cada una de las coreografías que le gustaban dado que sus padres no podían costearle una escuela de danza, entrando solamente al grupo de danza del colegio sobresaliendo como una líder y con un espíritu competitivo, pero bastante déspota, el proceso fue sumamente lento, en esta parte, entra Liam.
Tu novio, quien al principio, por tu personalidad un poco despiadada no le caías bien, dejándose convencer por una amiga tuya para conocerte mejor, contaste de a pedazos tu historia, no te gustaba que la gente sintiera lastima por ti, lo detestabas y se lo hiciste saber, le gusto eso, tu personalidad fiera, a pesar de lo mala que podías llegar a ser a veces, pudo ver más allá de eso, se enamoro más rápido que tu, considerabas las relaciones como una distracción para tu objetivo, por ello lo rechazaste la primera vez, se lo tomo con calma, espero un tiempo, luego la segunda, otra vez rechazado.
Y por mas que le dijeras que no, estuvo ahí para subir tus ánimos luego de rabietas cuando las cosas no te salían como querías, paso de odiarte a mimarte, quería estar ahí para tus momentos de triunfo, que supo que tendrías, aceptaste tener una relación con él.
Sin embargo, verte mal por no lograr lo que querías lo ponía peor a él, mentalmente, te adoraba y amaba tanto que sufría cuando te enojabas, no podía hacer realmente mucho cuando no podías formalizar un trabajo bailando, habías conseguido un trabajo como tal y por medio de este pudiste costearte la escuela de danza, también con ayuda de él, daría lo que fuera por verte feliz y la sonrisa que le diste cuando te dio el dinero para la inscripción
—... — Mirabas incrédulamente los ojos de tu novio, luego, una amplia sonrisa se apodero de tu rostro — ¡No sabes cuánto te amo en estos momentos~! — Te tiraste sobre él para abrazarlo, besaste su cara repetidas veces, Liam simplemente sonrió — Voy a dejar que mis pies se caigan por el cansancio ¡En serio gracias amor~! — No tenias la costumbre de llamarlo por nombre cariñosos muy seguido, los momentos más usuales, eran cuando estabas muy feliz y se sentía bien, muy bien, él haría cualquier cosa por ti.
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