TREINTA Y DOS

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Abigail.

una canción pop esta sonando a todo chancho en la casa cuando entró por la puerta, el idioma no parece ser español o inglés, así que deduzco al tiro que de trata de la Dina haciendo aseo escuchando weas asiáticas.

voy a la cocina por un poco de agua cuando me detengo en seco con los ojos abiertos a más no poder, la Dina esta tratando de hacer una coreografía que no parece salirle bien porque parece como si estuviera poseída, a no ser que la coreografía sea así, lo cual dudo. Cuando la canción termina hace reverencias y agradece a su público imaginario que debe estar de traumatizado que yo con su wea de espectáculo.

—Que mierda.—murmuró, no esta de más decir que mi humor esta por el subsuelo hoy.

—Conchetumare Abi, casi me da un infarto.—ruedo los ojos y paso frente a ella para ir al lavaplatos donde tomo un vaso y le echo agua.

no hay wea más mala que el agua de la llave pero no me queda otra porque estoy sedienta por el calor culiao que me pone de mal humor.

otra canción suena y vuelve a cantar en un idioma inventado, sin embargo, no vuelve a bailar lo que agradezco.

—¿La Sandra?—preguntó apoyándome en un mueble, ella me mira feo.

—¿No veis que se viene el rap de...?—dejó de escucharla porque no me interesa.

salgo de ahí y voy directamente a la pieza, me duelen los pies y siento que estoy toda sopeada porque como nunca use las weas de pantis y hubo el tremendo sol.

tarareo una canción mientras me muevo por la pieza ordenando un poco, aunque la verdad no hace falta porque siempre mantengo todo limpio, y buscando las weas que tengo que llevar donde mis abuelos.

así se me hace una hora porque me quedó pegada varias veces distraída, hasta que terminó de guardar todo y dejar las cosas que no necesito en su lugar para así salir de ahí rápidamente, abajo escucho a la Dina hablar así que me acercó a ella y veo que esta hablándole al celular.

—... Te juro que me moriría por él si me lo pidiera.—frunzo el ceño disgustada.

sé que se refiere a sus artistas favoritos por lo que me genera rechazo, supongo que por ella detesto a las personas que tienen un fanatismo tan grande ¿De verdad morirían por ellos? ¿O sólo son palabras vacías cegadas porque están enamorados de las facetas que muestran?

dicho así me voy en la media profunda, pero es que de verdad no entiendo como pueden idolatrar a alguien que ni siquiera conocen. Weones locos.

—Me voy.—le digo aunque no me pesca mucho, sólo hace señas con su mano mientras sigue hablando y hablando porque puta que le gusta batir la lengua.

quince minutos son los que paso caminando, es raro como a veces de me hace eterno y otras lo más rápido del mundo como ahora, un grupo de seis weones pasan a mi lado hablando a todo chancho y hago una mueca ¿No saben lo que es hablar moderadamente? ¿O es qué están sordos?

al llegar a la casa de mis abuelos, entró por el negocio que esta situado en la wea esa donde se guardan los autos pero como no tienen, lo modificaron para usarlo de esta forma.

—¡Abita!—sonríe con cariño mi abuela, pestañeó varias veces agobiada por tanto amor, pero no digo nada cuando me abraza.—Por fin llegas, ya me tengo que ir. Volvemos antes de la media noche.

—Tss, ¿Tanto tiempo lleva ir a recoger los remedios?—me cruzó de brazos, ella me aprieta una mejilla.

—Voy a salir con el granuja a pasear.—asiento poco interesada.—Puedes sacar lo que quieras de aquí y cierra después de las ocho acuérdate.

—Sí, sí.—hago unas señas restándole importancia.

—Cuídate.—me da un beso en la mejilla.

—Pásenla bien.—carraspeó después de decir eso, su sonrisa se agranda.

¿Les soy sincera? no tiene nada de bueno atender un negocio, pasai todo la tarde sentada atendiendo a weones que capaz ni sepan dónde están parados, luego están las viejujas que se demoran mil años contando las monedas, los cabros chicos que son más indecisos que la chucha y al final los adolescentes que quieren comprar cigarros siendo menores de edad a los cuáles me dan ganas de pegarles unos cuantos guates porque sólo me hacen perder tiempo y saliva.

dan las ocho y media de la noche cuando a quien menos me esperaba ver frente a mí bastante serio aparece, su pelo rubio esta amarrado en una mini coleta y sus ojos que no están ni achinados ni robos me examinan, alzó una ceja.

—¿Podemos hablar?—pregunta con voz demasiado ronca para mi gusto, lo miró de pies a cabeza con desconfianza.

—¿Es necesario?—el desgano es notable en mi voz.

—Sí.—mete las manos a los bolsillo.—¿Podís salir o tiene que ser aquí?

de pronto entra una señora de mayor edad y se acerca a mí con una sonrisa amigable, mi ceño fruncido se suaviza y escucho con la escasa paciencia que me queda todas las weas que pide.

—Gracias, chiquilla.—sale del local y yo suelto un gran suspiró.

el Jorge parece haberse ido en el medio viaje porque cuando frente a él no se mueve.

—¿Querís hablar o que wea?—preguntó más brusca de lo que pretendo, pero me lleva sin cuidado porque no lo conozco.

sale y cierro las puertas con llave, para luego comenzar a caminar no se hacia donde vamos, pero lo sigo no más.

—¿Qué pretendís con el Elias?—va directo al grano lo que me facilita muchas weas, pero no entiendo su pregunta.

—¿Por qué debería decírtelo a ti?—alzó una ceja.—Que yo sepa las weas que pasen entre él y yo son sólo entre nosotros, creo que él esta lo bastante grande como para controlar su vida.

—No se trata de eso, Abigail.—nos detenemos frente a un jardín de cabros chicos.—Es tan simple como que quiero cuidar al Elias de cualquier persona que lo pueda hacer sentir mal y tú erís precisamente alguien que podría herirlo, no te merecís al Elias.

—¿Qué chucha?—preguntó totalmente descolocada.—Sinceramente me importa bien poco lo que pensís o no, tu amigo fue el que decidió ser mi amigo y él sigue siéndolo a pesar de muchas weas, tú no tenís na' que ver... Aparte ¿Por qué chucha creís que tenís el derecho de venir a tratarme como si yo fuera poco?—me cruzo de brazos.—No me interesa escucharte, sólo lo hice porque pensé que podía ser algo importante pero sólo me hiciste perder el tiempo.—sólo me mira, parece enojado.—El único que puede terminar la amistad es el Elias, no un aweonao que cree que tiene el derecho.

me voy de ahí disgustada, sin dejar que sus palabras weonas me afecten mucho porque no tienen importancia.

sin embargo, no pasa mucho tiempo hasta que lo veo ponerse frente a mí.

—¿Tú creís que él te elegiría si tuviera que escoger entre nosotros o tú?—ladea la cabeza.—Le pegaste a su mejor amiga y lo hay hecho pasar por puras weas ¿Realmente creís tú que tenís el derecho a reclamar? Te lo digo de la forma más pacífica que puede haber, aléjate del Elias y no le hagai daño.

—¿Si no qué?—rió sin gracia.—¿No se te ocurrió nada mejor que una amenaza culia?

—Ve tú como te tomai la wea.—dicho esto se va, dejándome enojada.

























N/A
ok m da risa escribir desde la perspectiva d la abi sobre el fanatismo y tdo eso cuando yo tengo a todos mis ídolos en un pedestal y vivo por ellos dkwkdkwkd en fin,,,,
omfg 1k d votos ?????? cuando paso, estoy muy feliz gracias wawis😭🤚🏻 gracias por el apoyo son unxs solecitos🧡
cuídense, nos leemos!!

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