CUARENTA Y CINCO

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Elías.

deslizó mi pierna contra el pavimento, el viento en la cara se siente fresco y me despeja un montón. De mi hombro cuelga una bolsa de género donde llevo comida.

cuando veo a los tres conversando aceleró, la primera en mirarme es la Abi que me recibe con su bonito ceño fruncido.

—Tss, demórate más pa' la otra.—comenta el Salvador, lo miró feo antes de sentarme, más bien tirarme al piso, al lado de la Abi.

—Ibai muy rápido, te podiai caer.—murmura negando con la cabeza, acercó mis dedos a su mejilla y la aprieto un poco.

—¿Estabai preocupada por mí?—sonrió ladeando la cabeza, abre la boca para decir algo, pero el Salva la interrumpe.

—Obviamente estaba preocupada por la comida.—señala la bolsa que tengo en mi hombro.—¿No cierto, Canelita?

no me gusta que le diga Canelita.

—Sí es verdad.—le da la razón la Abi, sonriendo un poco. Me llevó una mano al pecho.

dejó la bolsa encima de mi skate que usamos para comer.—Mmm sushi, ¿De verdad lo hizo tu abuela?—pregunta el Salva.—podriai invitarme algún día a tu casa, suena como una abuelita muy tierna.

sin evitarlo me rió por su mala conclusión.—Gracias por la comida, Elías.—sonríe la Mailen.

—Gracias Mailen por decirme gracias.—le sonrió de vuelta.

—Eso no tiene sentido.—frunce el ceño el castaño.

—Sí, sí. Comamos.—ordeno las cosas.

debo admitir que me costó convencer a la nona para hacer su magnífico sushi, pero luego de insistir en que yo lavaría la loza sucia y que quería comer con mis nuevos amigos y la Abi, aceptó.

todos empezamos a comer, excepto la Abi que tiene la vista fija a un lado de la plaza.

—Elías...—me llama y agarra mi brazo, ladeo la cabeza y miró hacia donde esta mirando, hay un perro.

la Mailen y el Salvador también miran hacia donde mira la Abi.—Aw un perro ¿Lo invitamos?

—No creo que darle sushi a un perro sea algo bueno.—niega con la cabeza la Mailen.

—Ni cagando invitó a un perro ¿No se va a acercar, verdad?—me pregunta la Abi, tiene cara asustada, no puedo reprimir una sonrisa por lo que ella me mira feo.—No te riai.

—¿Te dan miedo los perros, Abi?—pregunta la Mai acercándose a su amiga, ella asiente.

—¿De verdad?—suelta una risa el Salva.—No me lo esperaba.

—No es chistoso, weon.—murmura la Abi apretando su agarra en mi brazo.

—Yo creo que el perro te tendría mas miedo a ti.—comenta el Salva, antes de evitarlo me rió.

—Son pesa'os.—niega con la cabeza la Mai.

ella es muy tímida la verdad, costó que se sintiera cómoda con nosotros, pero ahora ya nos hemos llevado mejor y eso me alegra, creo que por fin estoy teniendo más amigos.

—¿Por qué los odiai?—pregunto, sólo me dijo que los odiaba pero no el porqué.

suelta su agarré y deja sus manos en su regazo.—Una vez me mordió uno, me tuvieron que poner puntos... Por eso los odio.

—Pobre perro.—hace un puchero el ojiazul, todos reímos y me sorprende escuchar a la Abi también reír, creí que le daría un zapatazo como mínimo.—Pero ya en serio, no todos los perros son como ese, puede que haya sido una mala experiencia, pero no tienes que odiarlos a todos.—sonríe.—Mi perro Amarillo es un amor, deberían conocerlo... Los voy a invitar a mi casa.

NO SEAI LLORONADonde viven las historias. Descúbrelo ahora