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Arriba las manos puerkas

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Arriba las manos puerkas
...

Jungkook revoloteó sus párpados despertando de un sueño profundo y distante. En el momento en que lo hizo, olvidó lo que había estado soñando, y se centró en desperezarse y espabilarse un poco antes de ponerse en marcha.

Salió del dormitorio para dirigirse al baño y realizar sus necesidades, lavar sus dientes y echarse un poco de agua fría en el rostro. Todavía continuaba algo somnoliento. Su sueño lo había dejado con ganas de mas, fuera cual fuere, y sentía que no había dormido lo suficiente para lo cansado que estaba.

Sin embargo, cuando sus ojos se cruzaron con su reflejo se dio cuenta de algo. Su cara no lucía tan apagada como siempre, y había un brillo extraño en sus ojos. Tampoco había rastro de las ojeras que usualmente adornaban sus ojos.

Jungkook frunció el ceño.

1, 2, 3...

Sus ojos se abrieron al caer en la cuenta.

Jimin se la había chupado.

Qué cojones.

Qué cojones, Jungkook. ¿Te va la pedofilia?

El castaño rebobinó en su cabeza las escenas de la noche anterior. Recordó que mientras Jimin había dormido, había horneado jodidos bollitos de chocolate, y que había pinchado uno con una vela, y que se lo había servido mientras dormía. Después se duchó, necesitando agua que lo espabilara para poder seguir vigilando, pero cuando estaba a punto de terminar de vestirse, Jimin llamó. A partir de entonces todo era un poco confuso, besos, chasquidos y lengua y... Y Jimin se la chupó.

Técnicamente, no se la chupó, abrió su boca y dejó que Jungkook se la follara a su gusto. Esa sería una descripción mas fiable de lo que sucedió.

A Jungkook le había gustado. Jimin le había hecho la mamada justo como a él le gustaba. Le había cedido el control y había ahuecado sus mejillas tanto como había podido, tomándolo hasta el fondo. Sí, joder. Sus bonitos labios y lengua lo habían dejado fuera de combate, y se había corrido dentro de ellos porque Jimin se lo había suplicado.

La puta madre.

Bueno, ¿Y ahora qué?

¿Salía, le daba los buenos días y las gracias por la mamada?

Ese pensamiento lo hizo sentirse un poco divertido, pero ese no era el punto. Jungkook tenía que salir, porque entre otras cosas, se había dormido cuando tenía que haber estado vigilando.

¿Y si había pasado algo mientras dormía y no se había enterado?

Mierda.

Jungkook salió rápidamente del baño y anduvo hasta el comedor. Jimin no estaba en ninguna parte visible, y eso no ayudó. Sobre todo, cuando sus ojos vieron que detrás del sofá asomaban los pies del azabache.

GUARDIÁN - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora