20.

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La puerta del restaurante fue abierta por Jungkook. Su mirada analizó rápidamente el lugar. Lo primero que hizo fue fijarse en las escasas mesas ocupadas por comensales, principalmente hombres de mediana edad que probablemente eran camioneros, y comprobó que cada uno de ellos estuviera demasiado perdido en su mundo como para darse cuenta de su llegada.

Jimin lo hizo después de él, enfundado en una de las sudaderas de Jungkook y con la capucha puesta, cubriendo los auriculares enganchados en sus orejas. Siguió al castaño hasta una de las mesas del fondo y se sentaron allí.

Jungkook tomó la carta y comenzó a mirar los platos. Su nariz se arrugó. Jimin pilló aquel gesto y sonrió levemente.

-¿Demasiado grasiento para tus dotes culinarias?- Jimin musitó, apoyando su barbilla sobre sus manos.

Jungkook le lanzó una mirada de reojo.

-Cállate.

Jimin se estiró en la mesa, desperezándose. Todavía le faltaba espabilarse un poco después de que Jungkook lo despertara a primera hora de la mañana y lo obligara a vestirse. No había sido una buena noche ¿Pero cuándo había habido una que lo fuera? Pensó que Jungkook le permitiría dormir hasta que se cansara, pero al parecer Jungkook pretendía que siguieran con un horario estricto. Le dijo que si se forzaba a levantarse temprano en las mañanas cogería el sueño mejor por las noches.

Lo dudaba.

Pero obedeció, porque si Jungkook lo protegía, mataba por él y se alejaba de su casa para refugiarse juntos en un motel de mala muerte, él cumpliría con todas y cada una de sus órdenes.

Regresó al presente cuando el castaño puso la carta frente a sus ojos.

-Elige.

Jimin miró perezoso los platos.

-Ams... No tengo mucha hambre- el azabache apartó con suavidad el trozo de papel plastificado.

Jungkook lo observó detenidamente.

-Jimin.

El nombrado lo miró de soslayo.

-Qué.

-O eliges tú, o elijo yo por ti.

-No empieces- Jimin refunfuñó entre dientes.

-Te comías todas las tortitas que te servía cuando estábamos en mi casa, ¿En serio me vas a hacer creer que no tienes hambre después de que ayer sólo comieras unos bollitos en todo el día?

-Es verdad- Jimin musitó esquivo.

-No puedes mentirme, sé reconocer cuando alguien está mintiendo.

-¿Hay algo que no sepas hacer?- Jimin bufó.

Jungkook no se dejó llevar por su intento de cambiar de tema.

-Si esto es porque el que va a pagar soy yo, no...-

-Sí, sí es por eso- Jimin gruñó mirándolo a los ojos- Estoy harto de esto. Me siento un inútil. Llevas manteniéndome por semanas y ahora... Ahora vas a tener que pagar por cada comida que hagamos y por la estancia aquí y...-

-Te dije que tengo dinero suficiente y que eso no es un proble...- Jimin lo interrumpió nuevamente.

-¡No! Sí lo es- Jimin bajó el tono tratando de calmarse- Sí lo es- repitió con mayor lentitud- No importa cuánto dinero tengas. Cómo si eres un jodido millonario. Me... M-me siento mal. No puedo aceptarlo.

-¿Todo bien por aquí?- una chica joven intervino, provocando que ambos dirigieran sus miradas hacia ella- ¿Ya saben lo que quieren?- sacó un bolígrafo del bolsillo de su pecho y lo posó sobre su libretita.

GUARDIÁN - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora