29.

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Después de que Namjoon le prestara un cepillo de los que tenían en el motel, Jimin se lavó los dientes, mojó su rostro y se resignó en sí mismo. El de hoyuelos también le dio una botella de agua y Jimin fue bebiendo a lo largo de aquella noche extraña. Fue la más larga de su vida y aun así no pudo evitar caer rendido en los brazos de Jungkook como un bebé.

-¿Entonces esto es una despedida?- Namjoon preguntó desde su silla de escritorio. Jungkook estaba sentado en el borde de la cama, tenía en una mano una pistola y en la otra un mechón del cabello rubio de Jimin, quien estaba en su regazo, abrazándolo y durmiendo en su sitio seguro.

-Supongo- Jungkook suspiró.

-Menuda mierda, sois los únicos que me habéis caído bien en todos estos años.

Las horas se sucedían lentas hasta el amanecer. Namjoon pasaba las cámaras frenéticamente en su ordenador para ver si había algún movimiento extraño. Uno de los hombres se había quedado fuera de la puerta vigilando, y Jungkook apostaba lo poco que llevaba encima que otro estaba haciendo lo mismo desde la ventana. Así no podían salir, así no podían hacer jodidamente nada y estaban encerrados dentro de su propia ratonera.

-¿Para qué llamaste a ese tal Seokjin? Yo podría haberos ayudado a huir, podría haber vigilado desde las cámaras.

-Necesito que alguien me cubra las espaldas mientras llego al coche. No puedo correr hacia el coche y a la vez disparar a alguien que tengo detrás, Namjoon, menos si tengo que proteger a Jimin.

Jimin siguió en su pequeño mundo de los sueños acunado en el espacio seguro de los brazos del mayor.

Namjoon asintió lentamente y sus ojos se desviaron a todas las pistolas que Jungkook había traído.

-¿Puedo?- preguntó cauteloso.

Jungkook asintió.

-¿Sabes usar un arma?- Jungkook preguntó.

Namjoon se encogió de hombros.

-Sé la teoría aunque no la práctica.

Pasaron minutos hasta que volvieron a hablar de otra cosa.

-Si os vais a otro sitio, avisadme. Mándame un mensaje diciéndome la dirección, así podré haceros llegar vuestra ropa y esas cosas- Namjoon añadió tras darle un trago a su bebida energética.

-No tengo ni puta idea de dónde vamos a ir ahora- Jungkook confesó.

-¿No os vais con ese tal Seokjin?

Jungkook negó lentamente.

-No somos amigos, somos... conocidos- Jungkook pensó que esa era la palabra correcta.

-Para sólo ser conocidos va a hacerte un favor muy grande.

-A veces las personas se deben favores sin ser cercanas, Namjoon.

El más pequeño asintió con lentitud.

-Entonces no podéis iros con él...

-Tendremos que irnos a otro motel por el momento, supongo. Otro lejos de aquí.

-Pues tienes que saber que en ningún otro motel encontraréis a un tío tan enrollado como yo, al menos no creo que nadie os dé acceso las veinticuatro horas del día a las cámaras de seguridad y os esconda en su cuarto- Namjoon alzó las cejas.

Jungkook soltó una risita y fijó sus ojos en la ventana.

-Eres un buen chico, Namjoon. Te estamos agradecidos de verdad.

Namjoon giró en su silla y observó a Jimin.

-Nunca había tenido un amigo hasta vosotros- Namjoon confesó- Estas semanas han sido increíbles, a pesar de que seas un gruñón.

GUARDIÁN - KookminWhere stories live. Discover now