36.

43.2K 5.6K 2.2K
                                    

La oscuridad había sido un sitio tan aburrido como seguro, pero llega el momento en que a todos nos toca despertar.

Jimin despertó en todo el sentido de la palabra un martes por la mañana. No sabía qué martes era, ni de qué mes o qué día. Todo lo que supo es que había despertado y que había estado durmiendo por muchos días para recuperarse de un disparo porque eso es lo que le había explicado aquella mujer con bata.

Un disparo.

¿Por qué lo habían disparado?

Durante todo aquel día, Jimin tuvo el tiempo suficiente para encontrar las explicaciones que necesitaba. Primero situarse en el lugar en que estaba. Un hospital. Estaba en el hospital.

Después, para comprender por qué, para recordar cómo había llegado hasta allí y para preguntarse dónde estaba Jungkook.

Llevaba más de una semana inconsciente y según lo que habían dicho las enfermeras ningún Jungkook había aparecido preguntando por él en todo ese tiempo. Confirmaron que había sido visitado por varios hombres pero no le supieron decir si alguno de ellos había sido Jungkook porque ninguno se identificó como tal, salvo por un chiquillo que dijo que se llamaba Namjoon.

Jimin supo que algo no cuadraba.

Supo que algo estaba mal aunque no sabía el qué.

Maldición, estaba tan cansado que apenas podía pensar. ¿Por qué Namjoon lo había visitado? Eso significaba que Jungkook le había avisado de lo que había pasado y de que estaba allí. ¿Pero por qué Jungkook habría hecho algo como eso? Jungkook no le habría dicho nada a no ser que necesitara su ayuda porque era un terco y un cabezota que jamás pedía ayuda para nada.

¿Por qué Jungkook necesitaría ayuda?

Un dolor punzante surcó su cabeza y Jimin tragó saliva en su boca seca, mirando al techo de la solitaria y fría habitación de hospital.

No comprendía nada y se sentía muy perdido y solo. Abandonado. Se sentía como un perro abandonado al que nadie quería, en un hospital recibiendo tratamientos que no podía pagar. Necesitaba a Jungkook. Quería verlo. Algo estaba mal, lo sabía. La última vez que lo había visto habían estado en medio de un tiroteo y una persecución. Le había dicho que lo amaba y lo adoraba. Joder, Jungkook nunca hablaba de sus sentimientos.

Jimin se sintió tan miserable que rompió a llorar. Era todo lo que podía hacer por el momento y lo volvió más sensible y maleable porque lo hizo sentir un inútil. Lo había sido por meses. Un lastre. Un mocoso al que cuidar, alimentar y proteger.

Y ahora estaba solo en una habitación de hospital que ni siquiera había pagado. Probablemente lo había pagado todo Jungkook. Como siempre. ¿Y si había hecho todo eso, dónde estaba ahora?

No podía ponerse en contacto con él. No podía llamar a nadie. No tenía teléfono con el que llamar. No podía hacer nada más que quedarse tirado en esa cama de hospital hasta que alguien viniera por él.

Ya, pero ¿Y si nadie lo hacía?

¿Quién iba a ir por él? No tenía nada.

¿Dónde estaba Jungkook?

¿Dónde estaba, joder?

Jimin no se caracterizaba por pensar las cosas más de una vez. Era un impulsivo de primera. Después de que unas enfermeras le llevaran una bandeja con la cena y revisaran su gotero, Jimin tomó una decisión. Puede que fuera apresurada. Puede que hubiera perdido la cabeza, pero Jimin estaba cansado de tener miedo, de no poder tomar decisiones por estar huyendo todo el tiempo y de esperar a ser rescatado.

GUARDIÁN - KookminWhere stories live. Discover now