25.

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Pronto dejaron de ver el Omelas como el sitio donde estaban ocultándose.

-¿Qué me das si atino una de las tres?- Jimin preguntó sin dejar de observar las latas de bebida energética en la lejanía, mientras empuñaba una de las armas de Jungkook.

-Diez dólares- Namjoon respondió a su lado.

-Hecho.

-¿Pero si no lo logras? Entonces me los tienes que dar a mí.

Jimin sonrió abochornado.

-E-es que yo no tengo dinero...- musitó.

-Oh, comprendo. Jungkook es tu sugar daddy.

-¡No!- Jimin enrojeció- E-es que... ¡Si ya sabes nuestra historia, para qué dices eso, idiota!

-¡Bueno, bueno!- Namjoon alzó las manos en señal de inocencia- Permíteme tener mis dudas. Además ¿Tú no le llamab...?

-Son cosas distintas- Jimin chilló en susurros.

-Son cosas que no te incumben- Jungkook comentó, desviando un momento sus ojos del libro que plácidamente se encontraba leyendo sentado en una silla plegable a unos metros de ellos.

-Bueno, si fallas me dejas intentarlo a mí- susurró Namjoon en la oreja del más bajito.

-Jungkook no quiere que uses sus armas- Jimin musitó de vuelta continuando con aquel pequeño secreto.

-No se va a enterar, está leyendo.

-Se entera de todo- Jimin susurró.

-Lo hago- Jungkook contestó.

-Joder, qué mal rollo- Namjoon bufó en un escalofrío- Bueno, dispara de una vez y ya veremos.

Jimin sonrió ladeado.

-Que voy, eh- avisó- Uno... Dos...- Jimin apretó el gatillo y atinó en una de las latas. Sus ojos se expandieron a la vez que lo hicieron los de Namjoon- ¿¡Has visto eso!? ¡Soy el mejor!

Jungkook sonrió levemente sin despegar sus ojos del libro, lo escuchó canturrear entusiasmado y saltar de aquí para allá celebrando su victoria.

-Me debes diez dólares- Jimin se regodeó.

-Aish, está bien- Namjoon suspiró.

Por todo el tiempo que el descampado estuvo libre de nieve de diciembre, lo usaron como campo de tiro.

Aunque también fueron allí para otros fines.

Algunas noches, Jimin cogería una silla plegable con Namjoon, y se sentarían en medio de la absoluta nada para ver el cielo, porque Jimin le había dicho una vez que quería estudiar astronomía, y a Namjoon le pareció buena idea invitarlo a ver estrellas.

El más pequeño sabía que intentar algo con él era lo más absurdo del mundo, teniendo en cuenta no sólo que Jimin prefería a alguien mayor, sino que estaba profundamente enamorado de Jungkook. Con ese panorama, Namjoon decidió que podía seguir sintiéndose caliente por Jimin, y a la vez ser su amigo. Nadie nunca sabría que pensaba en él mientras hacía cosas indebidas y si lo descubrían le importaba bastante poco, al final del día, sólo tenía dieciséis años.

Pero, a pesar de todo, Namjoon lo pasaba verdaderamente bien con él. En ocasiones fumaban hierba en su dormitorio y veían películas de miedo para emparanoiarse, o jugaban a videojuegos hasta que Jungkook terminaba de hacer ejercicio y llamaba a la puerta del dormitorio de Namjoon en búsqueda de su mocoso.

Namjoon nunca había tenido demasiados amigos, y mucho menos los había llevado a su cuarto, por lo que tener a Jimin durante aquel tiempo le hizo sentirse muy feliz.

GUARDIÁN - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora