XXXIX. ME BEFORE YOU

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Joel Pimentel.

El golpe a la realidad fue cuando Marcela y Nix se estaban riendo en la sala.

La erección había bajado así que ya no dolía al tratar de caminar, apagué mi celular me puse bien el pantalón –obviamente no iba a ir casi desnudo–, busqué mi camisa y salí del cuarto 

—No es posible, Marcela —escuché a Nix reír mientras yo cerraba la puerta de la habitación.

—Lo peor fue cuando sin darme cuenta y pensando que era otra cosa había sacado una pantaleta rosa y se le quedó viendo —habló Marcela.

Lo que hubiera dado por ser la persona de la que están hablando.

—¿Se notará que estamos muy estúpidas? —dejé de ver a Nix.

—Yo digo qu... —Marcela se percató de mi presencia y dejó de hablar.

—¿De qué hablan? —pregunté, poniéndome la camisa frente a ellas, la castaña dejó de hablar para voltear a mirar a Nix y a mí.

—¡Ay, picarona! —Marcela miró de manera pícara a Nix y terminando en mí.

Nix bajó la cabeza restándole importancia, la castaña volteó la mirada hacia mi cuerpo mientras con movimientos silenciosos de boca me trataba de decir algo.

¿Se acostaron?Quiero pensar que eso fue lo que me preguntó, porque eso fue lo que entendí.

Para que Nix no dijera nada me límite a guiñar el ojo en señal positiva, Marcela puso cara de sorprendida y la quitó en cuanto Nix subió la mirada para poder contestar la pregunta que yo había hecho al momento de mi llegada.

—Hablabamos de un viaje que tuvimos Marcela y yo —me miró con los ojos brillantes.

—Y ustedes ¿Qué estaban haciendo? —Marcela nos vio picarona.

—No seas chismosa, Marcela —tomé de la mano a Nix mientras esta se limitaba a contestarle a su amiga.

Nunca quitó mi mano de la suya.

—Mmmmm... Bueno —habló no muy convencida, abrió rápido la maleta que estaba en el medio de nosotros, vio que si fuera su ropa y después bajo la maleta para poder llevársela —los dejo solitos —salió del departamento de manera lenta.

Voltee a ver tranquilo a Nix, ella me dedicaba una mirada sería mientras que los dos tratabamos de contener una risa hasta que ya no aguantamos más y nos echamos a reír.

—Ay, perame tantito —habló la chica roja de la cara, apenas y pudo pronunciar palabra después de las carcajadas.

—¿Y de qué nos reímos? —voltee a ver a la chica la cual estaba tranquilizando su respiración.

—Ah, no mames, ni yo sé —nos volvimos a reír.

Tratamos de calmarnos hasta que solamente estábamos viendo la pared que teníamos delante de nosotros.

—Tengo hambre —habló la chica con las manos en el estómago, voltee la mirada a ella, Nix con una mueca y la mirada fija a la pared se levantó del sillón —¿Tú quieres? —preguntó ella desde la cocina mientras que yo seguía en trance por las expresiones de Nix.

—¿Qué vas a hacer? —pregunté para no sentirme un bono mirando un asiento del sillón vacío.

—Pan francés —abrió uno de los tantos cajones que tenía la chica en su cocina.

Señorita... ¿Pimentel? (J. P.) ||+18|| ✔️Where stories live. Discover now