XLVII. A VER, ESTIPIDÍN

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Joel Pimentel.

Regresé a mi sillón cuestionandome a mi mismo si darle play al vídeo o no.

Después de un par de minutos mirando al vacío sonó el timbre, ahora sí es Erick, caminé a la puerta para dejar pasar al ojiazul al lugar.

—¡Joel, ¿Estás bien?! —se abalanzó contra mi, miré hacia atrás descubriendo a Christopher detrás de él.

—Sí, mamá —volví a decir la última palabra con un mohín.

—Te estoy hablando en serio, Joel —pasó el chico al departamento —¿Cómo te sientes?

—Sigo asimilando que está en el hospital por mi culpa —fingí una sonrisa, sentándome en una de las sillas cercanas a la barra de la cocina.

—No tienes porque echarte la culpa, compadre —Christopher trató de quitarme la culpa pero aún así sé que lo es, tomándome del hombro amable.

—Es que sí lo es —me levanté bruscamente de la silla —si Nix no me hubiera visto con Emilia yo...

—¡¿Estuviste con Emilia, pendejo de mierda?! —interrumpió la voz de Christopher que sonaba intimidante, el chico se paró de su asiento rápidamente

—Antes de que te vayas como Nix, déjame explicarte que fue lo que pasó —paré al chico.

—No creo que tengas una buena excusa —me empujó —además, tengo que ir a verla.

—¡Chris! —paró Erick al chico —sé que llegaste a tener sentimientos por Nix y la dejaste para que ella pudiera ser feliz con Joel pero déjalo que nos explique, quizás las cosas no son lo que parecen —defendió.

¿Christopher llegó a sentir algo por Nix y nunca me dijo nada? Se supone que soy su amigo y nunca me lo dijo.

Una llamada paró los gritos que había en la habitación, corrí a contestar porque en este punto de mi vida cualquier cosa pudo haber pasado.

—¿Bueno? —contesté la llamada.

Joel —la voz de Marcela entró en mis oídos, una voz triste, como si estuviera conteniendo lágrimas —tienes que venir.

—A ver, Marcela, tranquilízate —Erick caminó lentamente en mi dirección y Christopher dejó de caminar —¿Qué está pasando?

Es Nix, se puso muy mal y...

—Ya voy para allá —colgué rápidamente el teléfono.

No dejé que la chica contestara porque salí corriendo del departamento, dejando a Erick y a Christopher atrás.

—Joel —detrás de mi sonaba la voz de Erick, mientras presionaba el botón del elevador con desesperación —¡Joel! —volvió a gritar, hice caso omiso al chico.

—¡Joel, te estamos hablando chingada madre! —gritó Christopher.

—¡¿QUÉ?! —grité, girando en seco.

—¡¿A dónde putas vas?! —preguntó el castaño exaltado.

—¡Nix está mal, voy al hospital! —corrí por las escaleras al ver que no abrían las puertas del elevador.

—¡Tranquilízate, Joel! —siguió Erick, los dos corrieron tras de mi —vamos contigo.

[...]

—¡Marcela! —grité al verla a lo lejos —¿Cómo está, Nix? —pregunté teniendola frente a mi.

Señorita... ¿Pimentel? (J. P.) ||+18|| ✔️Where stories live. Discover now