Señorita... ¿Pimentel? (J. P.) ||+18|| ✔️

VII. DESPIERTA

Nix Russo

Bueno, salí del cuarto de Joel y comencé a buscar mi teléfono en la sala. Busqué con la mirada por la mayoría de los lugares en los que recordaba haber tomado el celular. A falta de no encontrarlo, regresé a la habitación.

—Oye, Joel —dije entrando a la habitación.

—Dime, princesa —habló acostado en la cama volteandome a ver.

—No encuentro mi celular y quería ver si me puedes marcar para escuchar dónde esta —me acerqué a la cama.

—¡Claro, princesa! —se sentó en la orilla de la cama saliendo de una aplicación.

En cuanto marcó, salí a buscarlo y estaba en la cocina cerca del horno de microondas.

—¿Que hacías ahí? —¿Estaré loca al hablar yo sola? —listo, Joel ¡Lo encontré! —grité al chico —¡OYE! ¡Ya lo encontré!

Joel colgó y regresé al cuarto a agradecerle todo a él, me iba a casa pero primero me tenía que vestirme y mi pantalón estaba en alguna parte de su cuarto.

Entré buscando con la mirada mi pantalón.

—¿Qué buscas, nena? —Joel me miró a los ojos

—Mi pantalón —cambié mi expresión a una sería

—Pero ¿Por qué? —sus ojos se abrieron por la sorpresa

—Porque... ¿Quiero estar en mi casa? —soné interrogativa, con un toque de obviedad.

—Pero, Nix, ya es tarde, es muy peligroso que salgas a esta hora.

—¿Y que voy a hacer mañana que tenga que salir para ir a la escuela?

—Pues solo vas a levantarte, puedes ir al baño, darte una ducha... —comenzó a reírse

—Ja ja ja —reí sarcásticamente —no me refería a eso

—¿Entonces?

—A que me tengo que cambiar de ropa e ir por mis cosas, mi laptop, mis audífonos, mis otras libre...

—Si, sí, sí, ya entendí, necesitas tus cosas —interrumpió levantando sus manos —pero aún así Nix, es muy peligroso que salgas ahora.

—¿Entonces, qué quieres que haga?

—Mmmm... —pensó —¿Qué te parece esto? —me crucé de brazos atenta a sus palabras —mañana nos levantamos antes de lo que te levantas y yo te acompaño a tu casa, así te puedes cambiar, te puedo dar algo de ropa si no te quieres poner esa en lo que llegamos a tu casa pero no salgas ahora.

—Supongamos que acepto tu propuesta... ¿En dónde dormiría genio?

—Puedes dormir en esta cama tú sola y yo me voy a dormir en el sillón, o podemos dormir nosotros dos aquí. ¡Claro! Si tú quieres y a como tú quieras.

—¿Cómo crees que te voy a mandar a dormir en el sillón de tu propia casa? No, no, no, no, no

—Pues...

—Aún que no lo quiera... Si, voy a dormir en la misma cama que tú —la cara de Joel se iluminó en ese momento

—Perfecto, hermosa, ven aquí —el chico se hizo a un lado dejando su celular en una mesa de noche y palmeando la cama.

Ya estaba muy cansada, sólo quería dormir para mañana despertar. Encendí mi celular y ví que tenía varios mensajes de Marcela.

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