10 | Desconocida

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Después de obligar a Nadia a beber varias bebidas de café para que recupere la sobriedad al cien por ciento y deje así de decir tonterías, y luego de que le hago probar algunas mentas para disimular su aliento a alcohol frente a la inminente prese...

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Después de obligar a Nadia a beber varias bebidas de café para que recupere la sobriedad al cien por ciento y deje así de decir tonterías, y luego de que le hago probar algunas mentas para disimular su aliento a alcohol frente a la inminente presencia de sus padres, el gemelo de la roca y yo volvemos junto a ella al auto para llevarla a su casa. El experimento pro-sobriedad parece dar resultado y ahora ella luce más consciente de lo que la rodea, aunque también se mantiene callada, seguramente porque Ralph (como creo que dijo llamarse la copia exacta de Raphael) está presente. Esta vez ambas nos sentamos en los asientos traseros del auto, según Nadia, para poder conversar sobre los acontecimientos que precedieron a su retorno de consciencia.

De camino a su casa, me encargo de relatarle cómo es que confundió a Ralph con la roca, incluyendo los vergonzosos comentarios que soltó sin precedente alguno mientras era sostenida por el gemelo. Cuando le manifiesto los detalles de estos, se cubre el rostro avergonzada.

—¿En serio le dije que era lindo a pesar de ser frío y lo llamé «Raphael»? —pregunta en susurros para que el hermano del mencionado no la escuche. Yo asiento, entonces ella vuelve a envolver su rostro con las manos—. Por Dios, qué vergüenza...

Vergüenza no, lo siguiente.

—También le dijiste que olía a Raph, te recuerdo. Por cierto, eso me hace pensar, ¿cómo es que sabes a qué huele la roca? —indago, porque se me hace raro que lo sepa con precisión—. Que yo sepa, él no usa lociones tan notorias, ¿o es que han estado a una distancia muy cercana?

Le hago la interrogante con tono de sorpresa, pero también de broma. Ella desvía la mirada, empezando a ruborizarse. Interpreto su reacción como una respuesta afirmativa.

—Digamos que... una vez al despedirme le di un beso en la mejilla.

—Vaya, tú no pierdes el tiempo —comento, susurrando también. Observo que Ralph sigue conduciendo sin interesarse en nuestra conversación.

Nadia niega con la cabeza y asegura que no es lo que estoy pensando, que únicamente lo hizo con intenciones amicales y desinteresadas, que no pretende nada con el sabelotodo más que aprobar sus cursos de matemáticas que tanto la atormentan y que mejor no le diga nada si es que tengo intenciones de molestarla. Apelando a su última petición, guardo silencio. Es obvio que, aunque quizá ahora sea muy pronto para afirmarlo con certeza, ella está empezando a desarrollar sentimientos por él. Si mi teoría es cierta, a ojos de Nadia, además de que Thompson sea atractivo, su aire de frialdad y misterio le da un toque especial que hace que resulte atrayente e intrigante, solo eso explicaría que soporte a alguien tan aburrido como él.

En serio, no he conocido hasta el momento a alguien tan poco interesante como Thompson.

He estado observando el comportamiento de Nadia desde el primer día que empezó a sentarse con él y mi diagnóstico de retroalimentación no es nada alentador. En pocas palabras, Thompson no parece corresponder sus sentimientos. Mejor dicho, ni siquiera parece notar que ella poco a poco se está interesando en él.

Buscando tu atención [SB#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora