06 | Rodeados de frío

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Levanto un poco mis brazos extendidos hacia los costados solo para comprobar que he sido bañada en agua por culpa de Boward

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Levanto un poco mis brazos extendidos hacia los costados solo para comprobar que he sido bañada en agua por culpa de Boward. Mi cabello se siente como si acabara de salir de la ducha y mi camiseta del uniforme se va pegando cada vez más a mi cuerpo.

—Eres un... ¡tarado! —grito y le lanzo mi mochila, porque es lo único que tengo a la mano para poder usarlo contra él, además de la manguera.

Stephen se cubre con la suya propia para no ser golpeado, ocasionando que mi mochila caiga sobre el pasto y se moje aún más. Por el impacto, mis llaves caen del bolsillo delantero. Me aproximo velozmente hacia dónde está Boward para recogerlas y que no se le ocurra usarlas contra mí, pero él lo hace primero levantándolas hacia lo alto, para que yo no se las pueda quitar. Maldigo en mis adentros.

—Tú empezaste —expresa él, mostrándose bastante divertido por la situación en la que estamos—. Pero, para que veas que no soy igual de rencoroso que tú, conozco un lugar al que podemos ir para cambiarnos.

—Al único lugar que al que acepto ir contigo es a la escuela, y eso lo hago por obligación —declaro, bastante firme de lo que estoy diciendo—. Ahora, devuélveme mis llaves, ya estamos a mano.

Le extiendo la palma de mi mano para que me las regrese y se entere, por si es que no lo ha notado, que no estoy jugando. Él se ríe como si le acabara de contar un chiste antes de tomar mi mano con su mano libre y no soltarla.

—Oh, no, Alessa. Aún no me has devuelto el diario.

Hago fuerza con él para liberar mi mano de la suya.

—Piénsalo; te llevaré a un lugar donde te podrás secar y cambiar. Solo después de eso te devolveré tus llaves —manifiesta, dándose la vuelta para que lo siga—. Está bien, considéralo mi pequeña venganza.

Observo la hora en mi reloj del pulsera. Si es cierto que este idiota no me piensa devolver mis llaves hasta que le devuelva su preciado diario, ¿debería perder mi tiempo por su culpa? Si llego de esta manera al trabajo, es seguro que Sophie Saw me despediría sin contemplaciones y me echaría a patadas del centro comercial. Eso, sumado a que no hay nadie en mi casa que me pueda abrir la puerta en estos momentos, dado que los padres de Quentin trabajan y él sale un poco más tarde que yo de la escuela, mi tiempo se vería reducido. Tampoco alguna de mis compañeras del trabajo podrían ayudarme; tres de ellas están en la universidad y Mary va a a Saffari apenas sale del colegio. Todas esas circunstancias son las que me obligan, desdichadamente, a aceptar la propuesta de Boward, por más que eso vaya en contra de mis principios.

Aprovechando que está de espaldas hago un ademán de ahorcarlo. En serio es insoportable.

No le digo nada antes de emprender mi camino hasta el estacionamiento de Midtown, lugar en donde reposa su auto. Él quita los seguros estando todavía lejos del vehículo, haciendo que este haga un sonido bastante conocido. Sin esperar más, me encamino hasta la entrada. Como no es mi deseo estar cerca de él en lo absoluto, me adentro en los asientos traseros del auto y cierro de un portazo para mostrarle mi enojo. Boward se queja por esto último y se lleva una mano al pecho como si él hubiera recibido el portazo.

Buscando tu atención [SB#2]Where stories live. Discover now