18 | ¿Castigo o premio?

461 69 5
                                    

Por inercia, me miro a mí misma después de escuchar a Boward

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Por inercia, me miro a mí misma después de escuchar a Boward. El uniforme de porrista es de dos piezas, siendo la falda muy corta y el top de la parte superior casi deja al descubierto parte de mi cintura y ombligo, además de mis hombros. Pienso que es bonito y me gusta, pero el hecho de que Boward me esté mirando de esa manera tan inusual me hace reconsiderar esa opinión.

Pongo en pausa mis ejercicios y me acerco a él para encararlo. A su vez, mis compañeras de equipo fingen no haber escuchado el comentario de Boward y continúan con su calentamiento, siguiendo la dirección de Sidney.

—¿Qué haces aquí?

—Buscaba al entrenador, pero me encontré con una hermosa vista.

Considerando que vino desde atrás mientras hacía las sentadillas, ¿se está refiriendo a...? ¡Imbécil!

Le muestro mi puño ante mi suposición.

—Me refería a ella —se corrige, cubriendo su rostro con sus brazos y señalando a Sidney con la mirada—. Todos saben que Sidney Evans es una de las chicas más lindas de la escuela.

Bueno, en eso tiene razón.

Sidney es rubia, de ojos avellana y un cuerpo muy bien cuidado. Al ser la líder del equipo de porristas, lleva una dieta balanceada y está siempre en forma. Constantemente nos anima, al menos a las del equipo, a seguir su ejemplo para obtener mejores resultados en las presentaciones, pero no excluye a aquellas que se niegan a alimentarse a base de frutas y verduras, como yo. Es muy comprensiva y amable, lo que, sumado a su excelente físico, la hace destacar de las demás en cada lugar al que va. Muchas la envidian por eso, pero ella no es nada arrogante, por eso me cae bien.

A diferencia de...

—¿Aún más que Sabrina? —pregunto, sin poder evitarlo.

Mi pregunta parece descolocarlo, como si no viniera al caso que la mencionara. Me doy cuenta de mi error un nanosegundo después, cuando él ya ha procesado mi pregunta y una pequeña sonrisa emerge por las comisuras de sus labios.

—¿Por qué? ¿Celosa?

—No digas tonterías, como si me interesaras.

Tres son los aplausos que Sidney da para llamar la atención del grupo y pedir que nos reunamos en el centro del gimnasio para seguir con lo planeado. Sin decirle algo más a Boward, me doy la vuelta, regresando a mi puesto para empezar el último ensayo.

Estando en mi posición, le lanzo rayos con los ojos al inepto de Boward, quien, en vez de seguir su camino y buscar al entrenador como dijo que hacía, se acomoda en las gradas para observar la presentación. Sin emitir sonido alguno, mediante señas, le manifiesto que debería estar practicando con su equipo de Lacrosse que dentro de poco empieza a jugar, pero él hace un gesto como si fuera pan comido.

Solo cuando el entrenador ingresa al gimnasio buscando a uno de sus jugadores, es que Boward desaparece de mi vista.

—Muy bien, descansemos —dice Sidney.

Buscando tu atención [SB#2]Where stories live. Discover now