Buscando tu atención [SB#2]

16 | Furia contenida

El anuncio de las Olimpiadas Matemáticas me importa tanto como agradarle a los demás, a comparación de Smith que parece estar al borde de las lágrimas dando su discurso sobre la participación de nuestra escuela en dicho concurso y la cantidad de años en que hemos resultado ganadores por sobre los demás participantes de otras ciudades. Como si no fuera suficiente tener que soportar que Boward me ande molestando cada cinco minutos, ahora tengo que escuchar el aburrido anuncio que tanto disfruta dar, mismo que siempre repite todos los años.

Tal y como lo suponía, no hay nada nuevo en él, todo es absolutamente predecible. La persona elegida para representarnos resulta ser, oh sorpresa, nada más y nada menos que Thompson. Según el profesor, todo se debe a una votación por unanimidad entre los demás profesores de la escuela, pero yo creo que ya no tiene sentido que se someta bajo ese criterio, si todos los años es lo mismo y la roca con cerebro es el elegido siempre. Y no exagero, Raphael Thompson ha ido a competir desde el año en que empezó la secundaria y se organizaron las Olimpiadas Matemáticas tras su llegada. Es hasta un poco egoísta de parte de los docentes, ya que no les dan la oportunidad a otros compañeros que quizá también quieran participar e ir a competir en nombre de Midtown.

Claro, como Thompson pertenece a ese grupo privilegiado, nadie dice nada. Además, si hablamos de preferencias, por algo Smith es considerado el "padrino" de los de El Triángulo, es el tipo que les permite todo.

Bueno, «todo» si es que le conviene a la escuela.

Tras anunciar que Thompson participará ya no sé por qué vez, nos pide que aplaudamos como motivo de celebración. Doy tres aplausos lentos, sin ganas, mientras que los demás lo hacen como debe ser, incluso Nadia, que continúa aplaudiendo aun cuando ya todos hemos dejado de hacerlo. Smith aprovecha la oportunidad para dejarla en ridículo con un comentario sarcástico respecto a sus calificaciones, ya que sabe de primera mano lo mal que le ha estado yendo en su curso.

Los babosos de la clase estallan en carcajadas.

Antes de mostrar mi desacuerdo por tal acción, sobre todo tratándose de un docente de escuela que debería ceñirse al reglamento de velar por el bienestar de los alumnos y no permitir que alguien sea burlado bajo ninguna circunstancia, la roca con cerebro levanta su mano para poder emitir un comentario, acallando así a los revoltosos.

Smith, con un movimiento de cabeza, accede a su petición.

He escuchado hablar a Thompson tan pocas veces fuera de clases, que en ocasiones hasta olvido que existe o cómo es su voz, sin exagerar. Con el poco entusiasmo que lo caracteriza, este le solicita al profesor que Nadia sea quien lo acompañe al concurso en calidad de persona de apoyo, algo totalmente fuera de lugar, tratándose de alguien tan misántropo como él. Nunca antes, en sus participaciones pasadas, pidió algo así, incluso cuando en los primeros años eran los profesores quienes sugerían que eligiera a algún compañero para que lo ayudara en el concurso. Su respuesta siempre fue negativa, por lo que llegué a pensar que todo el mundo le caía mal o le daba igual, y hasta me identifiqué con él por eso.