54

10.1K 1K 317
                                    

Narrador omnisciente:
Verano...deberían ser unas palabras agradables para la mayoría de personas.

Becca, no podía decir eso. Estaba pasando el verano más extraño de su vida pies tenía la sensación de que sus padres ocultaban algo.

Durante los primeros días, empezaron a comprarle todo lo que ella pedía o deseaba, era como si quisieran comprarla con obsequios, pero la chica aún no sabía que era.

Después...unos días después, tanto su padre como su madre empezaron a estar más distantes. Becca no sabía si era por el trabajo o por qué había hecho algo mal...

Ahora la chica preparaba sus cosas para ir al callejón Diagon pues empezaría su séptimo año en Hogwarts.

Cuando bajó las escaleras escuchó perfectamente como su madre decía "estás seguro que lo entenderá?" a lo que la chica frunció el ceño.

-Que no entenderé?- preguntó algo confusa a lo que su padre la miró algo triste.
-Becca...podemos hablar?- preguntó volviendo a su postura seria.

La chica se sentó en la silla que había sin confianza alguna.
-Que pasa?- preguntó a lo que sus padres se miraron entre sí.

-Sabes que confíamos plenamente en ti y que haremos todo lo que podamos para que seas feliz, no es cierto?- preguntó su madre a su padre a lo que este asintió.
-Que está pasando?- preguntó la chica queriendo que vayan al grano.

Su padre suspiró para mirar a su hija.
-Becca, no volverás a Hogwarts nunca más.- dijo con seguridad.
-No.- respondió ella.- No me hagáis esto otra vez.

-No era una pregunta, no dejaremos que te pase algo allí. No es un lugar seguro, no ahora que el director a muerto.- dijo su madre apoyando a su padre.

-Por eso todos estos regalos...queríais tenerme contenta para decirme la verdad, no es así?- preguntó levantándose.
-Becca...por favor, se razonable. No queremos que te pase nada.- dijo esta vez su padre.

-Pensáis tenerme aquí encerrada para siempre?- preguntó la chica a punto de llorar.- No soy una niña! Puedo protegerme si pasa algo!

-Pero queremos asegurarnos, no puedes entendernos?- preguntó su madre alterada.

-Y por que no intentáis entenderme también? Vosotros no sabéis lo que es que un día te digan que eres una bruja y puedas ir a un colegio impresionante, lleno de gente maravillosa donde aprendes magia...Hogwarts es mi hogar...

-Lo sabemos pero no dejaremos que te hagan daño. Que crees que haríamos si un día no vuelves a casa?- preguntó su madre a lo que la chica se cruzó de brazos.

-Solo estáis exagerando.- empezó a decir pero fue cuando su padre la interrumpió.

-Basta! Hemos dicho que no irás.- dijo su padre alzando la voz haciendo que la chica retrocediera. Su padre nunca gritaba y eso... sin duda no iba a acabar bien.- Becca, no te moverás de esta casa entendido? Soy tu padre y harás lo que yo te diga.

Becca fue a su cuarto sin decir nada más con los ojos húmedos y cerró la puerta de golpe.

Miró por su ventana... realmente valía la pena? Pensó.

Fue directamente a su escritorio y escribió una nota diciéndoles adiós, y que lo sentía.

Empacó sus cosas y con cautela salió por la ventana, pero en que pensaba?
-Wow...lo he hecho...- dijo mirando su habitación y su casa desde fuera.- Bien, callejón Diagon, allá vamos.

Lo cierto es que no había pensado en donde dormiría, donde conseguiría dinero? Sin duda había sido una decisión demasiado arriesgada pero se negaba a quedarse en casa a no hacer nada.

Tenía buena memoria, por lo que le fue fácil encontrar la pared que separaba el mundo mágico del muggle.

Cuando pisó el callejón Diagon, respiró hondo para darse cuenta de que la había fastidiado pues no tenía donde ir.
-Sin duda eres brillante Becca...- se dijo a sí misma con sarcasmo.

Empezó a caminar mirando los puestos que habían. Que haría ahora?
-Eres idiota...- se dijo a sí misma mientras seguía caminando.- Pero que es la vida sin un poco de aventuras no es así?- siguió hablándose.

Podía ser suerte o el destino que decidió que la chica acabara delante la única tienda que resaltaba de todas. Exacto.

-Sortilegios Weasley?- dijo para entrar pues le daba demasiada curiosidad el lugar.

Había gente, sin embargo era la hora donde todos estaban comiendo y las únicas personas que habían ahí eran abuelitos que habían comido antes.

Cuando George vio como una joven chica entraba a la tienda se extrañó bastante.

Disimuladamente pasó por su lado y se quedó de piedra.
-Becca?- preguntó lo que la chica sonrió.
-Georgie.- dijo respondió esta para abrazarlo.- No puedo creer que el negocio haya crecido tanto...felicidades!

-Lo ha hecho...- respondió contento y orgulloso el pelirrojo.- Pero que haces aquí?

La chica bajó la mirada, sentía algo de vergüenza contarles la verdad. Que pensarían?

-Y quién es tu amiga?- preguntó con tono coqueto Fred apareciendo.- Merlín, que haces aquí Becca?- dijo cuando se dio cuenta que era ella y la abrazó.

-Larga historia...- empezó a decir.- Puede que me haya peleado con mis padres...y...
-Te hayas escapado de casa?- preguntó George con la ceja levantada.

-Suele pasar...- dijo Fred a lo que tanto como su gemelo y la chica lo miraron algo raros.- Qué?

-Y que piensas hacer?- siguió preguntando el gemelo menor ignorando a su hermano.- Acaso piensas volver?- dijo a lo que la chica negó.- Y ya tienes donde dormir?- siguió diciendo a lo que Becca negó.

-Realmente estás loca.- dijo Fred riendo.- Ginny nos ha puesto al día con los rumores sobre...- empezó a decir.
-Me gustaría no mencionarlo.- dijo la chica algo incomoda.

-Me temo que lo verás.- dijo George cruzado de brazos a lo que la chica dijo un "qué?"- No pensaremos dejarte dormir en un banco.

-Y queréis que yo...- empezó la chica.
-Vengas a la madriguera donde hay camas de sobra.- terminó Fred.

-Chicos, enserio os lo agradezco pero no quiero incomodar a nadie, puedo apañármelas...- dijo la chica avergonzada.

Tanto Fred como George rieron.
-Incomodar? Por favor...- dijo Fred.- No digas bobadas.
-Además, siempre es divertido ver a Ron nervioso.- mencionó George a lo que Becca rodó los ojos.

Y así fue, cuando los gemelos acabaron la jornada laboral, cerraron la tienda para dirigirse junto con la chica a la madriguera.

-Mamá, tengo hambre.- dijo Ron bajando las escaleras mientras bostezaba.
-Tenemos que esperar a que vengan tus hermanos!- le dijo su madre desde la cocina.

El pelirrojo bufó de mala gana para estirarse de nuevo en el sofá y cerrar los ojos.

No pasaron ni cinco minutos, cuando la puerta de casa se abrió dejando ver tres sombras.
-Al fin llegáis, moría de hambre.- empezó a decir Ron sin mirarlos aún.

-Y nosotros, hemos traído a alguien...- dijo George con una sonrisa.
-Más bien, nos la hemos encontrado.- dijo Fred riendo.- O mejor dicho, ella nos ha encontrado.

-Que queréis decir con eso?- preguntó Ron finalmente girándose y viendo a quien tenía delante.- Oh...

my problem (Ron Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora