my problem (Ron Weasley)

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Narrador omnisciente:
Hermione y Harry no habían hablado con Becca excepto por lo que fuera necesario, la chica se encontraba algo distante y ellos no querían presionarla.

Ahora, pensaban en donde podría estar el siguiente horrocrux, y después de pasar por la antigua casa de los Potters, los chicos acabaron yendo al Bosque de Dean.

-Hermione, dame el guardapelo.- pidió Harry.- No ire my lejos, podéis ir entrando a la tienda.- dijo para irse bosque adentro.

Becca se encontraba mirando el fuego, que poco a poco se iba apagando. Hacia frío y algo de viento así que no lo pensó dos veces.

-Hermione, iré por más leña.- dijo y sin esperar respuesta salió y se dirigió en dirección contraria a donde había ido el azabache.

La chica caminaba sin ganas ni una pizca de alegría, iba tomando ramas que sirvieran para la hoguera.

Mientras, Harry se encontraba caminando sin rumbo, hasta que vio un ciervo. Un patronus en forma de ciervo.

Rápidamente lo siguió hasta llegar a un lago, congelado donde había un único agujero. El azabache miró a través de este y dio con la espada de Gryffindor. Estaba en el fondo.

Becca seguía caminando hasta que escuchó un ruido, y después unas pisadas. Frunció el ceño para llevar su mano a su bolsillo donde se encontraba su varita.

La chica ahora caminaba algo nerviosa hacia cualquier otro lado y se dio cuenta de un detalle importante.
-Mierda.- dijo para sí misma al darse cuenta de que se había perdido.

No podía estar pasando, ella reconocía a la perfección todo, tenía muy buena memoria...a menos que...no hubiera prestado atención.

Había estado tan metida es sus problemas y en cómo estaría Ron que no había admirado el paisaje ni el camino vuelta a la tienda.

De repente se escucharon las hojas...alguien estaba cerca.

Harry sin pensarlo se tiró al lago en busca de la espada, sin embargo fue un error para él tirarse con el guardapelo... este le traicionó y empezó a ahogarlo, a tirarlo a las profundidades.

El azabache intentaba salir por su vida pero era en vano.

Menos mal que una persona a la cual no le vio la cara se tiró al lago y tomando la espada y sacando a Harry lo ayudó.
-Ron?- preguntó Harry sorprendido.- Has sido tú?

-Eso parece.- respondió este aún con la respiración acelerada.- Estabas loco?

El azabache ignoró lo que le acababa de decir y colocó el guardapelo encima de un tronco algo nervioso.
-Vamos, destrúyelo, no tenemos mucho tiempo.- le dijo a lo que Ron miró a su amigo.

-No puedo. Esa cosa ha sido la causa de todos los problemas.- dijo con algo de miedo.

-Con más razón debes ser tú quien lo destruya.- dijo Harry confiando en él.

Por otro lado, Becca no esperó más tiempo para correr al ver unas figuras corpulentas delante de ella.
-Hola preciosa...- dijo la escalofriante voz de un carroñero.

La chica seguía corriendo pero los hombres no tardaron en atraparla y tomarla con brusquedad.
-Espera...aún no te deshagas de ella...- dijo otro con más tranquilidad.- Pero que tenemos aquí...- una sonrisa forzada apareció en su rostro.- Identificación?

-Tu madre.- respondió Becca a lo que otro le tomó la varita.
-Creo que esa no es la respuesta que buscábamos...- empezó a decir mientras se acercaba más.

-Esa no es la amiga de Potter? Mirar!- dijo un grandullón enseñando un folleto donde salían Harry, Hermione, Ron y Becca en primer plano como gente más buscada.

Scabior, se acercó con una sonrisa y con su mano le acarició la mejilla a Becca quién temblaba.
-Becca Thomsen... creo que tendremos una pequeña visita antes de matarte...- dijo para reírse junto los otros.

-Ron! Tengo que hablar pársel antes de abrirlo, cuando lo haga, no dudes en destruirlo entiendes?- preguntó Harry a lo que Ron solo miraba el guardapelo.

Cuando el azabache habló, el objeto de abrió a la par dejando ver una densa nube de humo negro...solo que este tenía una peculiaridad.

-He visto tus miedos...he visto tus sueños Ron Weasley...el hijo menos amado por una madre que quería una hija...el menos amado por una chica que solo sabe jugar con tus sentimientos y preferiría a cualquiera antes que a ti...- empezó a decir la sombra que poco a poco se fue volvió eso una persona.

-Becca...- dijo Ron caminando hacia atrás.

-Como alguien como yo podría estar contigo? Puedo tener a todos los chicos que desee y piensas que estás a la altura?- siguió diciendo pero esta vez la voz se parecía más a la de ella.

-Ron! No la escuches! Solo quiere confundirte!- le decía Harry sin embargo el pelirrojo solo miraba a la sombra de Becca.

-Todo lo que te dije, todo es mentira, te odio, y siempre lo haré...- seguía diciendo.

-No...no, es mentira!- gritó el pelirrojo finalmente tomando con fuerza la espada y destruyendo el horrocrux.- Es mentira...

-Claro que es mentira, lo has hecho.- dijo Harry abrazándolo.- Te hemos echado de menos.- dijo contento de verlo.

Cuando ambos chicos llegaron a la tienda, Hermione se encontraba llorando.

-Hermione, Hermione que ha pasado?- preguntó Harry preocupado.- Tienes que avisar a Becca, mira quien ha vuelto.- dijo mirando a Ron quien había dejado caer la mochila al suelo.

-Ron!- dijo la castaña abrazándolo pero la lagrimas no paraban de caer.
-Becca? Donde está?- preguntó algo confuso el pelirrojo.

-Hermione, donde está Becca?- preguntó Harry a lo que la castaña les enseñó su chaqueta.

-Fue a buscar leña, y como no volvía fui a ver que todo estaba bien...pero solo encontré esto.- dijo con la voz entrecortada.- No sé donde está...

Harry miró a Ron quien en ese instante se sentó en el suelo pues no podía creer lo que les acababa de decir su amiga.
-Y que haremos ahora?- preguntó después de un rato de silencio.

-Ron...- dijo Harry.- Que quieres hacer tu?

El pelirrojo acababa de volver a encontrarse con ellos.
-Debemos seguir.- dijo finalmente para levantarse.- Aún quedan tres horrocruxes recordáis?

-Pero qué te pasa!? Becca ha desaparecido recuerdas!?- dijo Hermione sorprendida.- Y si aparece?

-Ya lo sé! Ya lo sé! Y créeme que ahora mismo estoy muriéndome por dentro.- le replicó el pelirrojo.- Pero no podemos...no sabemos dónde está!

-Hermione, Ron tiene razón, si nos quedamos, es muy probable que nos atrapen.- corroboró Harry mirando al suelo.

Y así fue como el trío de oro, empezó a caminar, directos a casa del señor Lovegood pues Hermione había encontrado la siguiente pista.

Las reliquias de la muerte.