my problem (Ron Weasley)

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Narrador omnisciente:
Ron y Hermione esperaban impacientes a que la orden llegara para poder poner el plan en marcha.

Harry junto todos los alumnos se encontraba con el director, ahora del colegio, Snape en el gran comedor.

-Ron creo que ya vienen!- le avisó la castaña a lo que el pelirrojo se levantó de donde estaba estirado.

Cuando vio entrar a sus hermanos seguidos de la chica la cual la habían dejado en cuidado, no pronunció palabra.

Becca al ver a Ron tenía la intención de sonreír e ir a abrazarlo pero al ver su expresión retrocedió.
-Que hace ella aquí?- preguntó preocupado acercándose a ella.

-No empecemos de nuevo Ronald.- dijo Hermione algo cansada.- Hola Becca.- dijo abrazándola.

La chica no dijo nada y solo sonrió tristemente. Luego pasó su vista a Ron quién estaba de brazos cruzados.
-Esto es obra tuya?- la chica asintió.

Ron miró al suelo para después acercarse a ella y abrazarla con el mayor cariño del mundo.
-Te he echado mucho de menos.- dijo mientras se separaban.
-Entonces somos dos.- respondió la chica a lo que el pelirrojo sonrió más aún.

-Veo que va mejorando...- dijo llevando su mano a la mejilla de esta y la acariciaba.
-Tu madre hace maravillas.- dijo la chica.

-Chicos, no es por interrumpir...- empezó Fred.
-Pero ya lo has hecho.- le dijo George.

-Chicos, debemos ir ahora.- les dijo Hermione a lo que Ron y Becca se separaron algo sonrojados para empezar a caminar al gran comedor.

Mientras se dirigían a toda prisa, el pelirrojo le explicaba todo lo que había sucedido sobre los horrocruxes.
-Entonces...y si vamos a la cámara de los secretos para romper la copa? El cuerpo del basilisco debe estar ahí.- propuso Becca cuando le acabó de explicar.

Ron abrió los ojos para mirarla emocionado.
-Becca, te he dicho que eres demasiado lista y te quiero? Eso es!- dijo para ir corriendo a buscar a la castaña.

No dejó pasar ni un minuto cuando el pelirrojo volvió con una sonrisa.
-Vamos, tenemos que ir en busca del basilisco.- dijo tomando la mano de la chica para empezar a caminar, casi correr hacia allí.

Al entrar, a la chica le dio un escalofrío al ver la piel muerta del gigantesco animal.
-Esa cosa...está muerta, no?- preguntó algo desconfiada.

Ron se giró y le asintió algo inseguro. Cuando llegaron a la puerta principal estaba cerrada pues solo alguien que supiera hablar pársel podía abrirla.

-Que haremos ahora?- preguntó la chica mirando a su alrededor pero en cuanto escuchó al pelirrojo hablar pársel lo miró impresionada.

-Harry hablar en sueños, lo has escuchado?- preguntó el pelirrojo una vez había acabado y la puerta se empezaba a abrir.

Una vez entraron, miraron al enorme animal que yacía en el suelo, muerto.

El pelirrojo tomó un colmillo y caminó hacia Becca que frunció el ceño.
-Vamos, tienes que destruirlo.- dijo a lo que la chica negó.

-Mejor...hazlo tú.- dijo pero entonces Ron le tomó la mano para colocarle el diente.
-Esta copa estaba en la bóveda de Bellatrix, debes ser tú quien lo destruya.- le dijo muy seguro de si mismo.

-Pero antes...- recordó la chica buscando en su bolsillo.- Toma.- dijo extendiéndole nada más que la carta que había llevando con ella.

-Que se supone que...- empezó a decir algo preocupado el chico.

Becca negó.
-No es nada, solo quiero que la tengas, por si acaso.- fue cuando miró la copa que se encontraba en el suelo.- Bien, allá vamos.

La chica se agachó para quedar a menos distancia de la copa, y en el momento en que iba a romperla, empezaron a escuchar ruidos.

-Vamos! Destrúyela!- le gritó Ron pues los ruidos provenientes de los conductos de la cámara eran cada vez más fuertes.

La chica no lo pensó dos veces y clavó el colmillo en medio de la copa, destruyendo en Voldemort una parte de su alma más.

El señor tenebroso pudo notar la falta de energía así que no esperó más para empezar la guerra que tanto había deseado.

La segunda guerra mágica.

Becca dejó el colmillo en el suelo y fue cuando el agua de la cámara empezó a llenarse. Se levantó de inmediato y junto con el pelirrojo empezaron a correr para salir de allí.

Una cascada de agua como si les hubieran tirado una un cubo de agua enorme les cayó encima justo cuando estaban por salir.

Ambos quedaron empapados y fue cuando se miraron. Ron sonrió, entonces miró a su alrededor para comprobar algo.

-Qué crees que pasaría si nos besáramos aquí, ahora mismo?- le preguntó mientras tomaba a la chica cuidadosamente por la cintura atrayéndola a él.

-Creo que provocaría mucho alboroto, no crees?- respondió ella mirándolo en todo momento con su mejor sonrisa.

-Bueno, ya me conoces.- dice, inclinando la cabeza hacia ella.- Provocar alboroto es mi especialidad.- dijo finalmente para juntar sus labios en un tierno beso, que no era forzado, ni brusco.

Era todo lo contrario, parecía como si de una despedida de tratara y no se volvieran a ver más.

Al separarse ambos se miraron y sonrieron. Que pena que no se dieran cuenta de que exactamente arriba de ellos, la guerra había dado comienzo.

Una vez salieron, decidieron buscar a Harry y Hermione quienes estarían en busca de otro horrocrux, relacionado con Ravenclaw.

-Vamos!- dijo el pelirrojo corriendo entre la multitud.

Becca sin embargo, miró el panorama, miró toda la destrucción que había y eso le recordó a los mundiales...Cedric.

Se acordó de ese niño, ese niño que no pudo salvar. Así que tomó su varita y empezó a ayudar a la gente de Hogwarts, la mayoría de ellos, alumnos, compañeros de ella.

-No!- dijo al ver como un hombre lobo destrozaba el cuello de Lavender.- No, no, reducto!- dijo apuntando a la criatura.

Se acercó a ella y se mordió el labio inferior para que dejara de temblar. Con las manos temblorosas, le cerró cuidadosamente ella ojos.

Ron quién seguía corriendo, se encontró con la castaña que lo miró extrañada.
-Donde está Becca?- preguntó a lo que el pelirrojo miró detrás suyo.

-Mierda...no lo sé, estaba conmigo antes y...oh no...- dijo desesperándose.- Debo ir a buscarla. Donde se ha metido ahora!?

Ahora, la primera prioridad de Ron era ella. Se negaba a que le pasara algo, nunca podría perdonárselo y no quería ni imaginarlo.

Tendrá suerte de encontrarla a tiempo?