Capitulo cinco

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Luego de escuchar la puerta principal cerrarse, salí de la habitación.
Al llegar a la cocina me encontré a Monserrat.

— Hace frío — dije tomando asiento.

Me dedicó una mirada, estaba enfada conmigo.

¿Por lo que sucedió el día anterior?

Quise reír.

— Sabes, a menos que lances rayos con los ojos, no me afectaran tus miradas de desaprobación.

Ni siquiera la conozco así que, meh

— Desapruebo sus acciones impulsivas, pero mi intención no es dañarla. No es la intención de nadie.

— Díselo al tipo que casi me degolla hace — simule ver la hora en mi muñeca, escasa de relojes — quince horas.

— Alec... No le agradas, y tu intento no ayuda.

Fruncí el ceño... Alec.

— Así que realmente esa cosa está dentro de él... — me dije.

— Son como... Un alma dividida, cada mitad con mente propia.

Escuché sus palabras con atención. Esa, cosa de pelaje oscuro y altura intimidante  es... Él. Una versión de él.

— No comprendo, cómo... Cómo de él sale ese perro gigante.

— Es un tema. Es su responsabilidad explicarte pero parece que no se llevan bien para comunicarse. — limpió sus manos antes de sacar algo del bolsillo de su gabacha. — creo que seré yo quien te explique las cosas.

— No te preocupes — la detuve — no me quedaré el tiempo suficiente para recordarlo.

Pero ella ignoro eso. Había sacado un pequeño libro de pasta azul y detalles dorados.

¿Reglas?

— Presta mucha atención.

Rodé los ojos, lo que sea que tenga por decir, no me interesa. Nada que no sea "el método para escapar" me interesa

— ¿Puedo solo volver a la habitación?

Cerró el libro de golpe. Me dedicó una mirada de irritación pura.

— Esta, es la razón de todo lo que sucede, así que, deja de hablar.

Me crucé de brazos. Asintió satisfecha, se aclaró la garganta y empezó a leer.

— Hace tres siglos, cuando el lobo aun era un cachorro y el hombre seguía sin encontrar su camino, ella apareció. La diosa, creadora de su especie, le asignó una chica, alguien con quién compartir su eternidad y su tormenta. La encontró una madrugada de octubre; de ojos profundos y cabello brillante, tenía un alma fuerte y decidida. — Parecería inspirada leyendo su dichoso cuento, me pareció infantil. Su excusa, justificante para un secuestro ¿Saldria de un libro escrito por los hermanos Grimm?— era lo que buscaba y necesitaba, una luna perfecta, fue así  durante siete años. Pero un día...

Acalló de inmediato cuando un guardia entró en la cocina, solicitando su presencia afuera.

— Léelo — dejó el libro sobre mis manos antes de salir de la cocina, quejándose sobre algo — y recuerda que si existe su especie, existe cualquier cosa. —,Finalizó.

"Carmín" era el título.

No parece interesante, y no perderé horas leyendo esto en lugar de buscar una manera de escapar.

Tomé un par de frutas de la isla y volví a la habitación, con el libro en mi mano, con intención de arrojarlo sobre el tocador y dejarlo ahí hasta olvidar su existencia.

Nuestra Luna De Sangre Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora