Capitulo Veintidós.

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Abrí la puerta de mi habitación, escuchando sus pisadas siguiendo las mías, luego la puerta se cerró. El espacio que siempre me había parecido adecuado repentinamente se sentía diminuto.

—Dormirás en el suelo.— Dije, señalando mi cama.— Es demaciado pequeña para ambos.

Él alzó una de sus cejas, luego echó un vistazo a la cama y sonrió.

— Puedes dormir encima mío. — Bromeó.

Fruncí los labios.

Le dí la espalda para quitarme los zapatos Y cambiar mi ropa por una pijama, pero al voltear él tenía los ojos sobre mí, siguiendo mis movimientos.

— ¿Puedes darte la vuelta? Necesito cambiarme la ropa.

Chase soltó una carcajada sonora, pero cumplió con mi pedido y se giró mirando hacia la puerta.

— Mañana tendremos que volver a primera hora. — Habló rasguñando la pintura de la pared cercana.

Apreté el entrecejo.

—¿No podemos quedarnos un día más?

— No. — Suspiró. Pasó los dedos entre las hebras oscuras de su cabello, removiendolo de su habitual posición, correctamente peinado.  — Mis padres están en la mansión, insistieron en ir y no pude detenerlos.

Me quedé en silencio acomodando la camiseta que utilizo como pijama.
Conoceré a sus padres, no me gusta la idea. No puedo convivir pacíficamente con él, ¿Cómo espera que actúe frente a ellos?.

—... Chase, yo podría quedarme aquí en su estadía. — intenté.

Negó rotundamente.

— Solo se quedarán un par de días. 

Mordí mi labio.

— Ya puedes... — Indiqué antes de tomar mi cepillo dental.

Me encerré en el baño por al menos diez minutos, enjuagando mis dientes tantas veces que mis encías dolieron.

La preocupación y nerviosismo corroen mis entrañas. Hasta el momento, no he podido conocer a nadie en ese lugar sin sentir que le desagrado o al menos incomodo.

Presiento que con ellos será peor. Dios...

Luego de una larga exhalación salí del baño. Encontré a Chase al lado de mi mesa de noche, sosteniendo el marco que ahí se mantiene.

—¿Es tu madre?. — Preguntó señalando la foto entre sus manos.

— Si. Déjala la vas a romper

— Eres muy similar a ella, tienen el mismo cabello y ojos. — Sonreí ante su comentario, Sofía también lo ha mencionado.

—... Y, tus padres... ¿Cómo son?.

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