día 3: suciedad

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Ese día había sido asqueroso, en todo sentido de la palabra.

En primer lugar, había olvidado su proyecto de ciencias en casa, por lo que Madam Bustier la dejó con una advertencia no muy amigable, ya que no era la primera vez que pasaba. Y ella lo entendía, realmente lo hacía, porque estaba consciente que ella le había perdonado varias faltas, pero no pensó que algún día le fuesen a pasar la cuenta.

En segundo lugar, como buena feria de ciencias, no faltaba el que llevaba el típico volcán que erupcionaba en colores, y como la suerte nunca la acompañaba -por irónico que fuera-, uno de ellos había salido muy mal y había terminado toda embarrada en bicarbonato de sodio y detergente. Madam Bustier finalmente se apiadó de ella y la mandó a casa, a pesar de la reprimenda que le había dado hace unas horas atrás.

Ya fuera de su casa, a sus padres no se les ocurrió una mejor idea que cerrar la panadería para almorzar fuera justo ese día. Tampoco los culpaba ya que no había forma en que ellos supieran que su día iba a ser tan horrible, pero de todas formas le enojaba. Quiso transformarse y subir hasta su habitación por el balcón pero recordó que lo había dejado cerrado, por lo que tampoco era una buena idea. Finalmente solo se sentó en una banca en el parque aledaño a esperar que diese la hora de abrir nuevamente la panadería para entrar a su casa, no quería molestar a sus padres.

Tikki estaba a punto de asomarse para darle ánimos a su portadora cuando Marinette la empujó hacia adentro con violencia, escondiéndola de quien sea que venía llegando.

"Ma princesse, ¿por qué tan arreglada?" Marinette no estaba arreglada, Marinette estaba embarrada de pies a cabeza en bicarbonato con colorante rojo, que ya se había secado en sus ropas y ahora era un polvo reseco rojizo que se había impregnado en sus prendas y en parte de sus brazos. Su pelo olía a detergente de limón y aún había ciertos mechones un poco húmedos. Así que cuando escuchó la voz de Chat Noir mofarse, no atinó a más que darle un golpe en la cabeza en puro enojo. "¡Miauch! Lo siento, lo siento."

"No ha sido un buen día, Chat Noir." Marinette bufó agotada y se dejó caer nuevamente en el banco del parque en el que se encontraban, no quería sentirse más humillada y sucia de lo que ya estaba. Chat Noir entendió el sentimiento con solo observar sus rasgos agotados. Él la había visto durante toda la mañana; se notaba que no había tenido un buen día y estaba preocupado por ella, no quería que fuera akumatizada o que estuviese con cara larga.

Se sentó al lado de ella y tomó su cabeza entre sus garras para apoyarla en su hombro, dejándole un lugar donde descansar. Pudo notar que ella se tensaba un poco ante el tacto pero que posteriormente suspiraba en agradecimiento acomodándose de mejor forma sobre él. Ya no tenía su olor característico a vainilla y pan, sino que ahora era opacado por el olor a bicarbonato.

Pudo notar también que la panadería estaba cerrada y si ella estaba ahí sola era porque no podía entrar a su casa y se alegró de poder al menos hacerle compañía por este rato en el que ella estaría sola, incómoda y abatida por haber tenido un día no muy satisfactorio.

Con un poco de dificultad peinó los cabellos azabaches de la chica, desenredando y limpiándolo de los restos resecos de bicarbonato que perduraban en él. Marinette sonrió agradecida, aún con su rostro hundido en el hombro del superhéroe. Porque estaría sucia pero al menos no estaba sola. 

noches de ensueño⎥reto marichat 2021Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang