día 6: medianoche

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Era un día viernes en la noche. La noche estaba calurosa y las calles un poco bulliciosas por el movimiento de la gente que iba en camino a fiestas o paseaba por las calles disfrutando del porvenir del fin de semana. Marinette estaba en su habitación, vistiendo un pijama corto por el clima, inclinada sobre su escritorio mientras cosía una nueva prenda que había diseñado días atrás aprovechando que mañana no tenía clases y los akumas habían permanecido tranquilos los últimos días. Los kwamis volaban por todas partes jugando y bailando al ritmo de la suave música que sonaba de fondo. Ellos disfrutaban bastante estar con Marinette, especialmente esas noches de fin de semana cuando aparecía el elegido de Plagg y se quedaba a comer galletas.

A eso de medianoche, como todos los viernes y sábados, se escucharon unos pasos en el techo; lo que era señal para los kwamis de esconderse en sus cajas. Observando desde sus cajas, con pequeñas narices hacia afuera, notaron como se asomaron unas orejas de gato por la ventana, de alguien que esperaba ser invitado. El susodicho no entraba sin que lo invitaran, especialmente cuando era invitado amablemente por la chica de coletas que lo recibía tan cálidamente. Soltó un pequeño ronroneo para llamar su atención, ya que la anfitriona se encontraba concentrada en su trabajo.

"¡Oh, Chat! Disculpa. Pasa, pasa." Marinette saltó de su silla una vez que notó que los kwamis ya no bailaban a su alrededor. Se acercó a su invitado estrella para ayudarlo a bajar y depositó un beso en la mejilla del héroe, contenta de recibirlo. "Tengo galletas para ti."

Los ojos de Chat Noir brillaron de emoción y acarició con cariño el cabello de Marinette en agradecimiento. Esta lo recibió gustosa, disfrutando de su tacto. Chat Noir ronroneó feliz y apoyó su cabeza sobre la de ella, permitiéndose demostrar el cariño que sentía por la chica. No todas las noches que se juntaban se daba el tiempo para que pudiesen darse un abrazo, o una caricia inocente, pero cuando se daban, especialmente en sus visitas de medianoche, él lo aprovechaba y lo atesoraba en el fondo de su corazón. Porque fuera de esos momentos que tenían juntos, nadie le brindaba el cariño, la calidez, el amor que le brindaba Marinette. 

"Te quiero." Murmuró él, dejando un beso en la cima de su cabeza y su cola rodeó la cintura de ella por inercia. Marinette soltó una risa ante el gesto y él se sonrojó avergonzado. "No te rías."

"No, no. No me río." Marinette negó, apretando los labios, intentando aguantar la risa. Chat Noir entornó los ojos fingiendo enojo y se separó del cuerpo de la chica, dándole su espacio por primera vez desde su llegada. Ella extrañó su presencia, pero no dijo nada.

"Tengo hambre." Chat Noir cambió de tema, regalándole un puchero mientras se sobaba el estómago para darle más credibilidad a su actuación. Marinette entornó los ojos de vuelta, y con un gesto le indicó que la siguiera a la cocina.

Los kwamis observaban en silencio la escena, con cuidado de no ser descubiertos. Mientras los dos chicos se alejaban de la escena para buscar las cosas que comerían esa noche, ajenos a la decena de ojos a sus espaldas, los seres mágicos brincaban de emoción al ver a las almas gemelas unidas otra vez, aún sin saber que lo eran.


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Hola, hola. ¿Cómo están? Les traigo este día que salió de la nada pero medio romántico, espero que les guste. ¡Nos vemos mañana!

noches de ensueño⎥reto marichat 2021Where stories live. Discover now