día 9: manta

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Chat Noir estaba fascinado con lo que captaban sus ojos en ese momento. Él no solía recibir muchos regalos, solo los de su padre en su cumpleaños que eran elegidos por Natalie, aunque la bufanda de su cumpleaños número 15 era muy preciosa, pero realmente eso era lo único rescatable de su colección de obsequios. Marinette siempre solía hacer regalos a los demás, incluyendolo a él en sus dos formas. Más de alguna vez se había ido a casa con una bolsa de croissants colgando de sus manos o como Adrien, que solía disfrutar enormemente esas ocasiones en las que llegaba en las mañanas a repartir dulces a sus compañeros.

Pero hoy la situación era diferente; hoy no habían croissants de regalo, ni macarons, ni sombreros, absolutamente nada de eso podía compararse a lo que Marinette estaba mostrándole en ese preciso momento, y él juraría que era el mejor regalo que alguna vez le hubiesen dado, y por el resto de su vida estaba seguro que nadie sería capaz de acercarse ni por asomo a los dulces regalos de Marinette, a excepción de la mismísima Marinette.

Marinette ese día se había esmerado en darle un obsequio significativo a Chat Noir; recordó alguna como él, bajo los efectos de un akuma, se aferraba a una manta con fuerza, atemorizado, pero pareciese que la manta lograba cobijarlo de cierta forma. Ella era consciente que en su vida como civil Chat Noir no era una persona que recibiera muchos mimos, ella lo notaba en su forma de actuar cuando alguien hacía algo desinteresado por él; un gesto, una caricia, una muestra de cariño. Así que ella decidió diseñar una manta sólo para él, para que pudiera sentirse acompañado cuando no estuviese juntos, o cuando se sintiera solo.

"La diseñe especialmente para ti." Mencionó Marinette, estirando con sus delgados brazos la manta que había confeccionado para su gatito. Era de una tela de polar muy suave de color negro, algo simple pero abrigador, bastante gruesa también, con un bordado en color verde oscuro de pequeñas almohadillas de gato desparramadas alrededor de la tela. Todo delicadamente hecho y preciosamente adorable desde la perspectiva del dueño de la manta. Marinette observó en silencio como los ojitos esmeralda del superhéroe destellaban emoción y la dobló tranquilamente, dándole su espacio.

Marinette se acercó a él una vez doblada la manta y la depositó en sus manos. Chat Noir se había pasado un momento a verla después de que un akuma atacara cerca de la panadería. Marinette logró llegar antes de que él y no levantar sospechas, de seguro Tikki estaba por allí atragantándose con una galleta al mismo tiempo que ella despedía al felino. Chat Noir seguía en shock con su nueva manta que estaba seguro combinaría con su habitación y Plagg estaría feliz de revolcarse durante las noches en ella, que últimamente estaban muy heladas.

Chat Noir se inclinó a la altura de Marinette, aún con sus ojos vibrando en emoción, y depositó un pequeño beso en su mejilla en agradecimiento. Marinette ni siquiera se sonrojó en esa ocasión, estaba muy ocupada sintiendo el rápido latir de su corazón.

noches de ensueño⎥reto marichat 2021Where stories live. Discover now