día 19: rumores

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Hacía varios días que Marinette escuchaba cosas en los pasillos. Cotilleos, rumores. Generalmente no le llamaría la atención ese tipo de conversación de pasillo; ella no solía meterse en ese tipo de cosas, y lo más cercano a cotilleo que obtenía era una pequeña dosis diaria de Alya balbuceando acerca de su blog, pero eso no podía considerarse como cotilleo, eran más bien novedades.

Sin embargo, lo que captaron sus oídos ese día la dejó helada. Ella solía ser parte de chismes o de suposiciones de la gente a diario, al ser Ladybug no era sorpresa que la gente especulara acerca de su vida amorosa junto a su compañero, era el pan de cada día y realmente no le molestaba que la gente asumiera ciertas cosas siempre y cuando los involucrados supiesen la verdad. ¿Para qué necesitaba al resto, si ellos sabían lo que realmente pasaba entre ellos? Pero aquello fue distinto.

"¿Escuchaste? Al parecer Chat Noir ya no está con Ladybug." Lila fingió desinterés, pero ni ella misma era capaz de creerse aquel cuento. Los rumores que rondaban los pasillos eran de todo menos aburridos. Alya había permanecido pensativa toda la mañana, y ahí supo el por qué: el rumor de que Chat Noir había estado rondando la ciudad constantemente desde hacía algunas semanas se esparció poco a poco, como una conversación de almuerzo, casual. Oye, ¿has visto que a Chat Noir se le ve más seguido? Sí, hombre. Y ahí terminaba todo.

Marinette tembló al escuchar los cuchicheos. Tembló porque aquello se sentía peligroso, y lo era. Nadie podía saber que Chat Noir la visitaba por las noches, y por las tardes, y realmente casi todos los días a cualquier horario. Bien podía inventar una excusa y mencionar que le encantaban los dulces de la panadería y por eso solía pasearse por allí, pero ni sus padres lo veían día a día, por lo que la mentira sería convincente para la gente, mas no para sus padres.

Se metió un dedo en la boca buscando sus uñas desesperadamente con la intención de morderlas y si tenía suerte, detener esa bola de ansiedad que le subía por el esófago. Tikki la observó desde su bolso, preocupada. Aquello era malo, muy malo, y no se imaginaba como Plagg iba a reprender a su elegido.

Por otro lado y casi al mismo tiempo, Plagg dormitaba panza arriba en el casillero de Adrien, imperturbable. Adrien azotó la puerta con la desesperación plasmada en su rostro y Plagg parpadeó confundido. Nadie respetaba nada ya.

"¿Qué pasa? ¿Hay un akuma?" Balbuceó aún dormido, pero en el fondo listo para ser succionado por el anillo, pero las palabras nunca llegaron. Sus ojos se enfocaron en el rostro de su elegido y por poco se asustó al verlo tan pálido. "Oye, ¿qué pasa?"

"Me han visto." Murmuró Adrien, atropellando sus palabras. Se apegó más a su casillero, acortando la distancia entre él y su kwami. "La gente. Me han visto pasear cerca de esta zona, cuando he ido a ver a Marinette."

Plagg lo observó con ojos desorbitados, ya completamente despierto. Los engranajes de su cabeza comenzaron a funcionar rápidamente. "¿Hay fotografías?"

Adrien lo miró con desconcierto. "Claro que no, ¿por qué las habrían?"

Plagg entornó los ojos, molesto. "Si no hay fotografías no tienen nada. Total, puedes decir que estás realizando más patrullajes o que te ha salido de los huevos pasearte más por la ciudad. Mientras no tengan el rostro de Marinette y el tuyo en una fotografía o en un canal de chismes estarás a salvo, cachorro. Se llaman rumores."

Adrien aún tenía un semblante confundido, pero ahora ya estaba mucho más calmado. Había entrado en completo pánico cuando escuchó el cuchicheo y su preocupación ascendió a un nivel mucho más alto cuando observó el rostro incrédulo de su princesa.

Plagg soltó un suspiro ahogado cuando su portador se alejó del sitio, suponiendo que volvería a clases. El ser mágico se apoyó contra la pared fría del casillero y se dejó caer sentado al suelo. Estaba bien, todo iría bien, o no.

"Tikki va a matarme."

noches de ensueño⎥reto marichat 2021Where stories live. Discover now