Capítulo 40: Escúchame

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En unos segundos, la expresión de Anne cambió por completo al igual que todo a su al rededor. Acababa de llegar allí con la esperanza de hacer las paces con su hijo y recuperar juntos el tiempo perdido, pero realmente no se esperaba aquella sorpresa. El entusiasmo de verle acababa de ser truncado con aquella confesión.

Dirigió su mirada confusa a Harry, pero no pudo ver más que frialdad en los ojos de este. ¿Él era gay? ¿Por qué nunca se lo había dicho? El dolor le invadió al darse cuenta de lo poco que conocía a su propio hijo.

—Pero tú nunca me dijiste que fueras... —comenzó a hablar dubitativa.

—¿Alguna vez te importó si era gay o no? —interrumpió Harry con un tono duro.

No le preocupó demasiado la reacción de Anne al enterarse de su sexualidad. Él sabía que su madre era todo lo contrario a una persona homófoba. Siempre había tenido amigos gays y se había mostrado abierta para esos temas. Lo que a él realmente le dolía era que jamás se hubiera molestado en preguntarle por su vida.

La mujer morena tragó saliva y esta vez miró a Louis que les observaba sin saber muy bien que hacer. El momento se había vuelto muy incómodo, tal como Harry había predicho.

—Harold, yo...

—Deja de llamarme así —espetó el chico claramente molesto.

—¡Y tú deja de comportarte como un niño! —contestó ella con tono firme—. Venía con la intención de hablar de contigo y que arregláramos las cosas, pero ya veo que no tienes la intención de darme la oportunidad de explicarme siquiera.

—Has tenido muchos años para explicarte pero estabas demasiada ocupada con tu trabajo como para hacerlo.

Anne le miró por última vez dolida y, pasando por su lado, comenzó a caminar hacia la puerta. Sentía un nudo en la garganta que la agobiaba y no la dejaba respirar. Había puesto toda su ilusión en aquello y nunca imaginó que Harry reaccionaría así. Sabía que no iba a ser fácil obtener su perdón después de tantos años, pero ella había cambiado y sólo deseaba poder estar a su lado.

Harry se quedó estático por unos segundos sin saber cual sería su próximo movimiento. No quería que su madre se fuera y quedarse con el mal sabor de boca, pero su orgullo no le permitía ir tras ella. Louis no tuvo más que observárle para darse cuenta de aquello y decidió ayudarle a conseguir la valentía que le faltaba.

—¡Anne, espera! —dijo saliendo de allí para deternerla antes de que se fuera—. No te vayas aún, por favor. Sólo dame unos minutos para hablar con Harry.

—Él no quiere escucharme, ya le has oído. He llegado tarde para eso.

Por más que quiso evitarlo, aquello le recordó demasiado a lo sucedido con su propia madre.

Ambas mujeres tenían ciertas similitudes y ambas habían cometido errores, pero se habían dado cuenta de ello. Él había podido ver en la cara de Anne ese mismo sentimiento de dolor y arrepentimiento que vió en la cara de Jay semanas atrás. Y ahora era capaz de observarlo todo desde un punto de vista distinto: desde el exterior.

Por unos segundos quiso volver atrás en el tiempo y borrar las duras palabras que le había dicho a la mujer que le trajo al mundo, pero ya era tarde para eso. Ahora sólo podía ayudar a Harry a no cometer el mismo error.

—Por favor, sólo espera a que hable con él —pidió con súplica en la mirada.

Anne le miró con seriedad pero termino cediendo ante las palabras del chico. Parecía tener buenas intenciones y por encima de todo se alegraba de que Harry tuviera a alguien así a su lado. Sólo quería ver a su hijo feliz de nuevo.

El Secreto de Louis Tomlinson (M-PREG) Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora