El Secreto de Louis Tomlinson (M-PREG) Larry Stylinson

Capítulo 42: Emociones

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El verano. Esa estación deseada por muchos. Calor, playa, helados, tiempo para descansar, viajar, estar con los amigos... La llegada del verano significaba el fin de las clases y el comienzo de la diversión.

Pero para Louis el verano nunca había sido una gran época. Durante el resto del año se mantenía ocupado estudiando e intentaba mantener su cabeza alejada de todo tipo de pensamientos depresivos, pero durante las vacaciones no tenía ninguna distracción. Al menos, no la había tenido hasta entonces.

Por primera vez se sentía emocionado y deseoso de la llegada del verano. Tener a Harry a su lado le hacía ver la vida de una manera completamente distinta.

Durante la última semana habían estado mirando casas en venta y ya tenían algunas de ellas en mente como posibilidades. Ambos se sentían inseguros por el paso que estaban a punto de dar. Dos meses juntos era realmente poco tiempo y el miedo a estropearlo todo por la convivencia permanecía ahí.

—¿No estás nervioso, amor? —preguntó Harry tomando la mano de Louis con cariño, sin preocuparse de las miradas indiscretas de la gente a su alrededor.

—Creo que tú estás más nervioso que yo, te tiembla la mano —contestó el chico con una disimulada risita—. Aunque no todos los días vas a ver a tu hijo por primera vez.

—Hija —corrigió el de rizos.

Ambos se sonrieron como dos tontos enamorados. Louis y Harry se encontraban sentados en la sala de espera de maternidad, rodeados de mujeres embarazadas que les miraban de un modo extraño. ¿Qué harían un par de chicos en aquella zona? Ninguna de ellas era capaz de explicárselo, y aún se sorprendieron más cuando el doctor Johnson dijo el nombre del castaño desde la puerta de la consulta. Louis se sentía un tanto incómodo, pero sabía que debía acostumbrase a ello. Su bebé era algo especial, que no todos los días se veía.

—Hola, Nick —saludó el chico una vez que estuvieron dentro de la consulta.

—Hey, Louis. ¿Cómo va todo? —contestó el hombre sonriente mientras se daban la mano.

—Muy bien. En realidad, genial. Quería presentarte a... mi novio, Harry.

La vista del doctor en seguida se dirigió al chico de cabello rizado que no sabía muy bien como debía actuar. En aquellos momentos era un manojo de nervios.

—¿Tú eres el padre del bebé? —preguntó Nick tendiéndole la mano.

Harry asintió correspondiéndole el saludo y miró a Louis con una pequeña sonrisa. Su novio le había hablado de la buena relación que tenía con aquel hombre. Cuando era niño había sido para él la figura paterna que nunca había tenido.

—Oh, no sabeís lo que me alegro de que finalmente esteis juntos. El cabezota de tu novio no quería hacerme caso y hablar contigo —le dedicó una mirada de reproche a Louis y se dirigió hacía la otra parte de la consulta—. Bueno, ¿queréis ver a vuestro bebé?

Ninguno de ellos pudo contener la sonrisa tras aquellas palabras. Llevaban mucho tiempo esperando para aquella ecografía.

Louis se tumbó en la camilla y se levantó la camiseta hasta el pecho, dejando el pequeño bulto en su abdomen al descubierto. Harry se mordió el labio y tomó la mano del ojiazul para apretarla con suavidad. No tenía palabras para expresar sus sentimientos en aquel momento, mientras el doctor echaba el gel y colocaba el aparato sobre la tripa de Louis. Pronto la imagen apareció en el monitor.