El Secreto de Louis Tomlinson (M-PREG) Larry Stylinson

Capítulo 11: Preocupación

—¿Me lo estás diciendo en serio? ¿Te gusta el rarito Tomlinson?

El chico rubio no daba crédito a lo que oía. Al menos podía suspirar de alivio sabiendo que no era él quien le gustaba a Harry pero... Si ya le había tomado por sorpresa la confesión de su amigo sobre su orientación sexual, eso se lo esperaba menos aún.

—No le llames así —Harry no pudo evitar que le sentara mal aquel apelativo.

—Perdón, es que... ¡Tú sabes que es un rarito! No le llaman así por nada.

—Vale, es cierto que se comporta un poco extraño pero, ¿no te preguntas por qué? Yo sí, y quiero descubrirlo.

Harry hablaba en serio. Él sabía que la única manera de la que podría llegar al corazón del ojiazul era descubriendo aquello que ocultaba. Sólo de imaginarse poder estrechar a Louis entre sus brazos y probar esos labios que... ¡Joder, de nuevo esas cosquillas en el estómago!

—Me da que cúpido te ha clavado su flecha, ricitos —Niall soltó una carcajada.

—Sabía que te burlarías —Harry le respondió con una mirada no muy amigable.

El chico rubio se rió de nuevo y se tiró a abrazar a su amigo con fuerza. Estaba feliz por él, quizás si se centraba en Louis se alejaría de todo ese mundo en el que se estaba metiendo.

—No me burlo, te lo aseguro —dijo revolviéndole los rizos.

Harry se sintió bien por dentro al saber que al menos tenía el apoyo de Niall. Recuperar a su amigo significaba mucho para él. Se acomodó de nuevo en el sofá peinándose con los dedos.

—Por cierto, sobre lo que pasó en el Funky Buddha... —necesitaba disculparse para poder dejar su conciencia tranquila del todo.

—Tranquilo, eso está olvidado. Pero no vuelvas a beber así, por favor. Podría no haber sido yo y otra persona te hubiera dado una buena paliza.

—Lo sé... Lo siento mucho.

Tras aquella charla encendieron la tele y pudieron tener una tarde de risas como las que solían tener años atrás. Parecían dos niños tirados en el sofá comiendo patatas fritas mientras se reían con uno de esos programas tontos de humor. Pero dos niños felices.

Pasado un rato oyeron un sonido de llaves en la puerta del apartamento y Zayn entró al salón donde ellos se encontraban. Se sorprendió bastante al ver a Niall y Harry juntos, pero prefirió no comentar nada.

—Hola —saludó dejando las bolsas que llevaba sobre la mesa —He comprado algunas cosas que faltaban, pero estaban agotados los cereales que querías, Niall.

—Oh, no importa. ¿Dónde está Liam?

—Pues se ha ido a casa de una tal Elizabeth, la chica nueva. Le llamó llorando cuando estabamos en la cafetería. Liam dijo algo sobre su hermano, pero se fue tan rápido que ni me enteré.

Harry pegó un brinco en el sofá y miro a Zayn con pánico en sus ojos. Si Elizabeth había llamado a Liam llorando algo le había tenido que ocurrir a Louis. Sólo de pensarlo un escalofrio le recorrió el cuerpo.

—Harry, ¿qué pasa? Te has puesto pálido de repente —dijo Niall al ver su reacción.

—Louis... —susurró —Louis es el hermano de Elizabeth.

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La chica rubia se sobresaltó al oir el sonido del telefonillo. Seguramente sería Liam, había tardado muy poco en llegar. Rápidamente se levantó del suelo y fue a abrirle. Sin ni siquiera contestar pulsó el botón y el sonido le indicó que se había abierto la puerta del portal. Se empezó a morder las uñas con nerviosismo y unos minutos después sonó el timbre.