El Secreto de Louis Tomlinson (M-PREG) Larry Stylinson

Capítulo 7: ¿Quieres pelea?

Harry se giró sobre sus pies y pudo ver a Tomlinson dirigiéndose hacia donde él se encontraba. Llevaba los puños apretados a cada lado del cuerpo y el ceño fruncido con una expresión nada amigable. Dicen que hay miradas que matan, pues esta sería un buen ejemplo.

—¡Ni se te ocurra volver a hacer eso en tu vida! —gritó el ojiazul al llegar junto a él y apuntándole con el dedo amenazadóramente.

No le importaban las miradas sorprendidas de la gente, ni el hecho de estar en el patio del instituto. No iba a permitir que ni Harry ni nadie trataran a Elizabeth como una más de las putas con las que se acostaban.

—¿Porque tú lo digas? Yo hago lo que me da la gana, ¿vale? —contestó el ojiverde en el mismo tono.

—¡Haz lo que te de la gana con quien quieras, pero no te vuelvas a acercar a mi hermana o acabarás mal!

Entonces la rubia era su hermana... Harry maldijo por dentro por no haber considerado esa opción. Si su plan era acercarse a Tomlinson esto no le iba a ser de ayuda.

—¿Quién me lo impide? —soltó en un arrebato de orgullo—. ¿Tú?

Tras esas palabras Louis no pudo controlar su ira y se lanzó contra el chico que tenía delante dispuesto a golpearle en la cara por segunda vez. El capitán de Eastern esquivó el golpe, pero al minuto siguiente ambos se encontraban en el suelo enzarzados en una pelea ante la atenta mirada del corrillo de gente que se había formado a su alrededor.

Elizabeth observaba la escena totalmente aterrada mientras veía como su hermano recibía golpes y a la vez los devolvía. Se sentía la culpable de lo que estaba ocurriendo. Quizás si no hubiera abofeteado a Harry, Louis no se habría acercado a defenderla y ahora mismo no estaría revolcándose en el suelo.

—¡¿Qué narices está ocurriendo aquí?! —se oyó una voz adulta que en seguida hizo que la masa de estudiantes se dispersara.

Un hombre alto y corpulento se acercó al lugar de la pelea. Al verle, ambos chicos se levantaron rápidamente del suelo, sacudiéndose la ropa doloridos. Harry tenía un horrible círculo de color púrpura justo al lado de su ojo y de su ceja salía un pequeño chorro de sangre. Sentía su espalda completamente dolorida por el golpe contra el suelo y estaba seguro de que al día siguiente tendría varios moratones en su cuerpo.

Louis por su parte se frotaba la tripa haciendo muecas de dolor. El chico de rizos le había golpeado justo en el estómago y sentía unas horribles náuseas. Tenía el pelo alborotado y su labio se encontraba hinchado y rojo. Tuvo que girarse para escupir la sangre al suelo.

—E-entrenador... —tartamudeó Harry frente a la imponente mirada del hombre.

—¿Podeís explicarme que está ocurriendo aquí?

El ojiazul y el ojiverde se miraron. Habían tenido la peor suerte posible. Podía haberles regañado cualquier profesor, o el conserje, o incluso el director; pero tenía que haber sido el entrenador Logan el que presenciara su pelea. Seguramente ahora les expulsaría del equipo o les prohibiría jugar esa temporada. Las cosas iban de mal en peor para ambos.

—Ha sido mi culpa —murmuró Louis avergonzado.

—No, entrenador, ha sido culpa mía —le contradijo Harry.

—¡Me da igual de quien haya sido la culpa! ¿Vosotros creeis que podeis montar este escándalo en medio del patio? Me estais defraudando muchísimo. ¡Ambos! —el hombre habló con seriedad—. Ahora mismo ireis a hablar con el director, para que él tome las medidas pertinentes. Y por mi parte, ya hablaremos sobre vuestro castigo.

Tanto Harry como Louis asintieron, encaminándose hacia el despacho del director Cowell en silencio. Ambos se sentían estúpidos por lo que acababa de ocurrir. Tenían diecisiete años, ya no eran unos críos para andar solucionando las cosas a golpes. Quizás los dos habían actuado únicamente movidos por el orgullo.