Capítulo 36: Salir a la luz

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Última hora. La última clase del día. Los últimos cincuenta y cinco minutos de sufrimiento para aquellos adolescentes que no aguantaban ni un segundo más en el instituto. Harry y Louis eran dos de ellos.

El chico de rizos se entretenía dando golpecitos en la mesa con el lápiz sin prestar atención a lo que el profesor decía. Llevaba todo el día sin parar de pensar en Louis. Apenas se habían dedicado un par de miradas en toda la mañana y alguna que otra sonrisa.

Para ambos estaba siendo demasiado difícil contenerse de estar junto al otro, pero no podían hacerlo por el momento. Era mejor que el entrenador y sus compañeros no se enteraran de que estaban juntos, ahora que la gente comenzaba a olvidar la dichosa foto que les habían tomado en el baile de primavera. Si lo descubrían probablemente tendrían que irse definitivamente del equipo.

Louis tampoco podía contenerse de pensar en Harry. Aquel fin de semana había sido simplemente perfecto para ambos. Después de la cena y de haber dejado claros sus sentimientos, habían dormido abrazados en la cama de Harry. A pesar de que el ojiazul se había sentido bastante incómodo al principio, por saber que los otros chicos estaban a su alrededor, se había dado cuenta de que no eran como él pensaba.

Tras un desayuno en la cama compuesto por café y muffins de chocolate, que desafortunadamente había terminado en el desagüe al igual que la mayoría de la comida que ingería Louis, habían pasado el día los cinco juntos mientras se reían y jugaban a videojuegos. Pero a pesar de que Liam, Niall y Zayn sabían su secreto, ninguno de ellos le trató diferente o le hizo sentir mal en ningún momento. Al contrario, le hicieron sentirse verdaderamente bien con sigo mismo por primera vez en mucho tiempo.

—Y eso es todo, podéis iros —pronunció el profesor, siendo interrumpido por el molesto timbre.

Harry en seguida cogió su mochila, en la que ya había guardado todas sus cosas, y se la colgó al hombro. Vio como Louis salía por la puerta y decidió que ya llevaba demasiadas horas sin poder acercarse a él. Rápidamente salió también de la clase, entre la masa de estudiantes que se apelotonaban en la puerta y pudo distinguir aquel cabello castaño entre todos ellos. A diferencia del resto, Louis no se dirigió a la salida, sino al baño.

Harry fue tras él, entrando también en el aseo y cerrando la puerta a su espalda. Afortunadamente ya no había nadie allí. El ojiazul fue hacia uno de los lavabos para limpiarse las manos y colocarse un poco el pelo, sin darse cuenta de que el chico de rizos había entrado tras él. Se sobresaltó cuando sintió unos brazos rodear su cintura y en seguida alzó la cabeza para comprobar en el espejo de quien se trataba. Al ver a Harry una sonrisa se formó en su cara.

—No sonrías, que me enamoro —susurró el chico posando suavemente los labios sobre su cuello.

—Pues no me des besos, que entonces me enamoro yo —contestó Louis mientras entrelazaba sus manos sobre su abdomen sin dejar de sonreir.

—No puedo resistirme —Harry se rió entre dientes—. Oye, he pensado que podríamos hacer algo esta tarde después del entrenamiento. Ir a tomar un helado o algo... ¿Qué opinas?

El ojiazul se lo pensó unos segundos. Harry le estaba pidiendo que salieran juntos a un lugar público en el que estarían rodeados de gente. Seguramente muchos les mirarían mal, les criticarían o les tratarían como a bichos raros. El había visto con sus propios ojos como otras parejas homosexuales recibían aquel trato... Quería aceptar su proposición, pero realmente no sabía si estaba preparado para ello. Sin darse cuenta su sonrisa había desaparecido.

—¿Pasa algo, cielo? Si no te apetece, no pasa nada.

—No es eso... —contestó el chico mientras soltaba sus manos y se giraba para mirarle—. Es que... Necesito tiempo, ¿vale? Son demasiadas cosas de golpe.

El Secreto de Louis Tomlinson (M-PREG) Larry StylinsonWhere stories live. Discover now