Capítulo 2 | Lágrimas y Frustración.

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Lágrimas y frustración. 

Collet.

«Te amo»

—Te amo mami.

El aire fresco es algo que siempre me estremece, peor cuando estoy frente a la tumba de mi madre, derramando lágrimas que nunca puedo y ni podré detener cuando en ella pienso. ¿A caso el aprender a vivir con la muerte de un ser querido implica no llorar cuando se piensa en el? ¿O cuando estás frente a su lápida dejando nuevas flores, recogiendo las marchitas que el tiempo deterioró, limpiando el lodo que se adhiere al mármol por las noches escandalosas? Lo cierto es que yo no quiero dejar de pensar en ella, y me está asustando el hecho de comenzar a olvidar su voz ¿Cómo puedo grabarla y nunca soltarla? Es que ya ni siquiera puedo recordar sus gestos y odio con todo mi ser que las cosas ocurriera de esta manera.

—Quiero contarte que mis bebés están por cumplir tres años. Daynner no deja de molestar —sonrio nostálgica recordando a mi hijo—, está molestando con que quiere que sea en un enorme jardín, con muchas pelotas y muchas gomitas. A diferencia de Azriel que protesta porque sea con su padre, quiere conocerlo y no sé cómo responder a lo que me pregunta ¿Cómo puedo decirle que odio a su padre y no quiero verlo ni en pintura?

Suspiro y meto las flores secas en una bolsa para basura.

—La verdad es que no pienso hablarles de él a ellos, mejor cumpliré el capricho de Daynner haciendo el cumple en un jardín enorme. —arranco pétalo por pétalo desmenuzado las rosas más bonitas— Y no es como si tuviera el gran dinero para hacer una gran fiesta, tampoco es que ellos tengan muchos amiguitos que invitar, supongo que los hijos de Clara, los vecinitos y los sobrinos de Lany son suficientes.

Comienzo a esparcir los pétalos alrededor de la tumba.

—En fin. Ellos son mi todo, mamá, y fíjate que al principio creí que iba a ser algo muy arriesgado ¿Cómo son las cosas cierto? Y pensar que ahora hablan como cotorros: sin parar repitiendo todo lo que se dice.

Me levanto del suelo y sacudo mi pantalón, limpiando mis lágrimas. Guardo mis cosas y coloco el gran ramo de girasoles en medio del panteón.

—Nos vemos, mami, debo ir a con Dafne y... mis bebés me esperan en casa.

Me muerdo el labio inferior y camino unos pocos pasos antes de llegar al lugar donde está mi hermana, me arrodillo al frente y hago el mismo procedimiento que con la lápida de mamá. Limpio el mármol, arranco el césped feo y recojo las flores anteriores reemplazándolas por las nuevas, adorno como quiero y al final me quedo quieta viendo el grabado en la piedra:

Dafne Zane

Junio 7 del 2002 - Enero 1 del 2016

Eras demasiado buena para el mundo.

—¿Sabes que ya tenemos una hermanastra? —cierro los ojos mojando mis mejillas— Al fin papá ha hecho nuevamente su vida, y lo ha hecho con Amelia. Sí, la señora esa que juntas le hacíamos la vida imposible y logramos que ellos terminaran en el pasado. Sí que fue insistente la mujer, aprovechó el vacío en papá y pues ahora ya hay una bebé, recién nacida.

Me coloco de cuclillas echando todo lo que se debe en la bolsa negra.

—Estoy feliz por él ¿Sabes? Al fin y al cabo no se iba a quedar solo toda su vida, él está joven y... Y pues hijas ya no le quedaban. Tú nos observas desde el cielo y pues yo ya no soy su hija, o eso me ha demostrado él desde hace mucho, ¿Crees que en tres años el aún no ha podido tomar las fuerzas de hablarme directamente? Pues no, solo lo hace a través de Clara y así no quiero nada, que disfrute mejor a su nueva hija y a su nueva esposa que yo disfrutaré de mis hijos.

Hacia la ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora