Capítulo 19 | El comienzo del fin.

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Maratón, capítulo 1/3.

El comienzo del fin. 

Hanniel. 

Enero 28 del 2020.

(Mismo día en el que Collet va en busca de sus hijos).

Mis ojos fijos en la pantalla de la laptop frente a mí, observando con satisfacción, y la vez unas ganas de estar allí para saciar todo el enojo que tengo ardiendo por todo mi cuerpo, las imágenes que me está proyectando: los movimientos desesperados, enojados, provenientes del hombre amarrado de pies y manos a una viga de metal con púas incrustadas. «Garret».

El hijo de puta de Garret. Y lo tengo a mi mando, no cerca, pero sí a mi mando.

Lo he mandado a capturar desde que se atrevió a tocar a Collet nuevamente sabiendo perfectamente que, al hacerlo, las cosas no se iban a quedar tan tranquilas. Estaba pendiente la primera vez que lo hizo, ahora ya se ha acumulado una segunda vez, con un nivel necesario de sadismo elevado para cuando le recuerde cada segundo que se creyó con la idea de hacer y no pagar; de agredir y no sufrir las consecuencias, traería a él lo peor que vivirá.

Rocca me mandó el anuncio de haberlo capturado en la ciudad de Valencia, España. Estaba a la deriva, había sido descuidado por los Martinelli, quienes guardan poder en el territorio del país, al igual como lo tienen en Italia, la única diferencia es que en España no es mayor amenaza como lo es entrar a Florencia. Y yo, he crecido en poder a lo largo de los años, logrando demostrar que me es fácil irrumpir en el territorio español enredado del clan del legado Martinelli, teniendo así, el gusto de decir que por fin Garret está entre mis manos.

Saco el celular del bolsillo de mi pantalón para volver a comunicarme con Rocca, pero, de un momento a otro, empiezo a escuchar un escándalo en el primer nivel de mi mansión, trato de no ponerle atención porque últimamente se ha tornado ruidosa la estancia con los fastidiosos hijos de Collet.

—Mi señor —responde Rocca.

—Lo quiero en... —me quedo callado al escuchar la voz de Riley, quito mis ojos de la pantalla del computador y, sin alejar aún el celular de mi oreja, agudizo mi oído para captar qué es lo que está ocurriendo.

—¡Déjame pasar! ¡Cristóbal, déjame pasar maldita sea! —Al primer sollozo que suelta es cuando me levanto, cierro la laptop y cuelgo el celular metiéndolo nuevamente en mi bolsillo.

Los gritos y las exigencias se hacen más fuertes, viene subiendo, me apresuro y abro la puerta de mi habitación, ya un poco sacado de mis casillas; primero, porque ella no vive acá, ella vive hasta Nueva York con Copelia y Malcom, segunda, porque viene llorando y gritando, y eso no es normal en ella.

Tomo el pasillo que lleva hasta las gradas, y cuando ya estoy por doblar el camino y tomar las mismas, me detengo en seco por ella que viene subiendo con un aura roto, una actitud alterada y llorando con una mezcla de impotencia y desconsolación, tal cual la vi llorar cuando Logan...

—¿Qué...?

—¡Tienes que ir por ella! —se me abalanza encima, gritando.

La tomo entre mis brazos, está temblando, está realmente mal y aterrizo mi mirada sobre Cristóbal que estaba en el último descanso de las gradas, o sea, aún no llegaba arriba cuando Riley ya lo había hecho. Estrecho los ojos, cuestionándolo evidentemente, pero él parece... ¿asustado? ¿Por qué Cristóbal estaría asustado?

Intenta venir acá, pero como que algo que está pensando lo detiene, cierra los ojos y le toma un segundo cambiar de actitud y esconder esas reacciones que evidentemente no quiere mostrarme, pero ha sido muy tarde, porque he absorbido lo poco, incrustando la espina que no me voy a sacar hasta que sepa de donde proviene.

Hacia la ObsesiónWhere stories live. Discover now