Capitulo 18 | Por ellos.

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Enero 17 2019.

Cuando Collet quería algo, no importaba que fuera, siempre terminaba obteniéndolo, incluso si eso le tomase hasta años. Pues cuando se le metía esa necesidad a la cabeza, no salía de ella ni porque la desanimaran terceras personas.

En ese momento, o en esos tiempos, Collet quería contactar a Riley, la hermana gemela de Logan. Y esto, Dios mío, lo había querido, anhelado con tanto dolor exigente, desde el momento en que llegó al velorio de la mejor persona que conoció a sus diecisiete años, y la familia de él le había prohibido la entrada tan siquiera a la sala de ceremonia. O quizás fue Hanniel, él, que buscándolo y suplicándole que no la tratara de tal manera, lo hizo, incrustando más la daga de la culpa en su alma, la culpa de ser ella la lenta en aquel enorme jardín, en ese césped solo por unos tacones de aguja y arriesgar a Logan de recibir tres impactos de bala en su cuerpo, pero uno solo que le cobró la vida.

No logra superar la muerte de Logan, le duele como si fuera el momento exacto en el que él se quejó tomando entre sus manos su propia pierna con la herida que le habían provocado aquellas personas. No supera tener que perder siempre a las personas que valen la pena, y que a ella la hacen sentir como una persona menos miserable en este mundo. Así que ese detalle de no poder superarlo y sentir que debe ir a su tumba para despedirse como se debe, aunque ya hayan pasado años, seguía vigente y tan fuerte como fuego en su pecho, por lo que, contando con muchas más posibilidades que antes, como la de tener a alguien del FBI a su lado, a ese hombre que a cambio de algo, podía darle la información que quería.

Ese algo era efectivamente un pago carnal.

Collet se volvió experta de saber quiénes sentían atracción por ella, y Gawen era demasiado evidente, aunque no lo quisiera, así que la tarea se volvió fácil; chantajear a alguien con sutileza no era delito, ¿o sí? ¿quizás sí, por ser el un agente del FBI?

Quien sabe, ella por lo menos no quería pensar que sí, lo único que quería, es cumplir su deseo luego de tanto tiempo, y ahora que tenía una oportunidad no la iba a desaprovechar.

Un día, llegando a su trabajo en la academia del FBI, dispuesta a encontrar la manera de contactar a Riley, tan dispuesta y fuertemente desde la última vez que había ido a visitar a Tania y a Dafne en el cementerio, fue y pasó el día sin interés al lado de Gawen, su entrenador.

—¿Qué harás hoy? —le había preguntado Gawen a Collet, mientras respiraba entrecortadamente luego de entrenar.

—Iré a ver a mi mamá y a mi hermana al cementerio —respondió sin ningún tipo de retención. Hace ya días que hablaba sobre esas cosas con él, él se había ganado en parte su confianza para empezar a hablar más allá que no fueran cosas sobre el trabajo.

Gawen se quedó por unos segundos en silencio, recuperándose y pensando en cual podría ser la respuesta correcta para lo que acababa de decir Collet. Él siempre pensaba que ella era demasiado frágil hasta para las palabras que alguna persona dijera sobre sus familiares fallecidos.

—¿No habías ido el sábado? —le recordó acercándosele mientras ella se hacía una cola alta en su cabello.

—Sí, pero siento que no ha sido suficiente, tengo mucho que platicar con mi mamá, al igual que con mi hermana —se encogió de hombros, despreocupada al confesar que su hábito es hablar con su mamá y hermana ya muerta.

Terminó de agarrarse el cabello y se puso recta frente al hombre que, observando segundos antes esos brazos arriba, esa cintura pequeña al descubierto, y ese rostro fino y enrojecido, mostraba lo fascinado que estaba con ella.

Hacia la ObsesiónWhere stories live. Discover now