Capítulo 16 | Conveniencia

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Si wattpad no les avisa, hay otro cap antes de este. 


Conveniencia. 

(Mismo día en que Harold se lleva a los gemelos - antes de que Collet despertara en el cap anterior)

Hanniel.

Trece de enero. Trece de enero.

El cumpleaños de Collet.

Pensar en todo lo que me ha jodido es un dolor de cabeza que me fastidia, que me carcome y me hace dudar de las reacciones que ella provoca en mí, ¿por qué? Porque ha retrasado mi plan y mi objetivo tantos años por querer tenerla siempre, por mantener esa obsesión sobre su cuerpo que me consume, que nos consume a los dos creando una bomba que tarde o temprano va a terminar explotando, y la única lastimada será ella, porque no puede ser de otra manera.

De todas maneras, sé que tarde o temprano esa obsesión se acabará, o eso es lo que debo proponerme, porque ella en mi vida no es nada bueno, ni nada prudente, ya que sin ninguna responsabilidad sobre ella, hago cosas por ella que no debería, aun cuando ando furioso por las cosas que comete, cayendo nuevamente al porqué es que digo todo esto, ya que todo de parte de ella es para joderme a mí y a todo lo que hago.

Collet mantiene el poder de joderme, pues es la única que sabe tanto de mí como nadie, como muy pocas, y la única que si quiere se va en mi contra, la única que es bien dramática y ardida; a las demás las tengo a mis pies y al manejo que necesito, como si fueran directamente mis manos, una de ellas es Sofía.

Alzo el arma sobre mis piernas cuando llegamos a la residencia de la mujer llamada Clara que tiene a los hijos de Collet junto al novio de la misma, siendo eso un claro aviso de que esos niños capturados por Harold estarán si no intervengo. «Es que solo novios mediocres se consigue Collet»

¿Por qué siempre tengo que andar haciendo cosas por ella? Cosas que muy bien me pueden salir mal cayendo bajo la organización que nos persigue y nos puede encerrar de por vida, detalle que todos los que van conmigo lo tienen, como Rocca, que no guarda su molestia.

—Recuérdame Hanniel porqué es que venimos a esto si son hijos de esa mujer y no tuyos.

Volteo a verlo. Rocca y Cristóbal son los únicos que se atreven a cuestionarme sabiendo que si me fastidio puedo zamparles una bala directo al cráneo. Mucha confianza les he dado.

—Porque quiero, porque se me pega la regalada gana, y porque puedo, ¿algún problema?

—Ni siquiera te los ha mostrado, ha hecho todo lo posible por esconderlos de ti.

Respiro queriendo sacarlo y nunca más volver a dejar que entre al grupo de mis hombres.

—Rocca, ¿sí te da la mente para pensar y unir puntos, no? Porque si no, te jodes porque no voy a explicarte las mierdas que muchas veces he dado a entender.

—No has dado a entender ni una puta cosa, ¿verdad que no Cristóbal?

—Parecen niñas discutiendo. —Se enoja Cristóbal y arrugo las cejas. Yo debería ser el enojado.

—Niñas son las que te consigues para coger —le responde Rocca.

—Cierren la boca que no estoy para sus comentarios de mierda.

El enojo es mucho, ya ni hablo, las ansias también, así que cuando las camionetas se detienen frente a la diminuta casa, soy el primero en bajar y soltar la lluvia de balas que impactan contra los hombres con uniformes del FBI que se ponen alerta. Muy lentos, son demasiados lentos.

Hacia la ObsesiónWhere stories live. Discover now