Capítulo 4: El sexy secuestrador.

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*Ayato*

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*Ayato*

Otro día aburrido en la preparatoria, aunque mi cabeza estaba pensando es solo una cuestión:

¿Quién es ese alfa que pone en tal estado a mi hermano?

Le había rogado por quedarme haciéndole compañía, pero Kenta-nii me obligó a venir a la escuela... Realmente no se para que, si de todas formas ya me se todo, por faltar un día no iba a morir... Aunque lo comprendo... solo no quiere que lo vea en tal estado.

Kenta-nii es muy orgulloso, ha aprendido a vivir siendo un omega rodeado de alfas que atentan contra él en todo momento... realmente es genial, vive sin miedo a que lo sometan y cuando lo intentan son ellos los que terminan sometidos.

El día continuó igual de aburrido, caminaba por el pasillo de la preparatoria llevándome todo tipo de miradas, algunas temerosas, otras interesadas, algunas lujuriosas si... muchas personas saben quién soy o se lo imaginan...

Recuerdo el día que mi hermano vino a una reunión de padres... Fue el chisme de la semana... No paraban de hablar de él. Aunque comprendo pues mi hermano es un rompecorazones, ya que su apariencia es simplemente perfecta y aunque sea frío como un iceberg, siempre se le acercan todo tipo de personas, incluso los omegas babean por el Omega Dominante que es mi hermano.

Al llegar la hora de salida iba a llamar como de costumbre a mi chófer... No tenía guardaespaldas porque le rogué a mí hermano para que no fuese tan sobreprotector ¿Se imaginan yo simplemente sentado en el aula con dos tipos en traje a mi espalda? Espeluznante ¿verdad?. Pero choqué con alguien antes que pudiese marcar el número.

– Perdón...

Mi mirada quedó clavada en aquel hombre y mi pobre corazón se aceleró. Cabello rubio oscuro bastante largo recogido en una coleta, usaba anteojos pero se veían claramente sus ojos color ámbar, era más alto que yo y tal vez más que Kenta-nii.

– Oh si que fue rápido. – dijo el desconocido.

¿Eh?

Sin dejarme decir nada, tomó mi brazo y jaló de mí hasta un auto. Con fuerza traté de detenerlo y me resistí pero de alguna manera logró arrastrarme.

¿Qué estaba pasando? ¿Me querían secuestrar? ¿Están haciendo esto para dañar a mi hermano?

Al entrar al auto escuché una voz.

– Si que eres bruto a veces.

Miré en dirección de dónde venía la voz y vi a un hombre de cabello rojo, ojos verdes, tenía perforaciones en sus orejas  y en su ceja y también un morado en su nariz, como si alguien lo hubiese dado un buen golpe.

– ¿Qué quieren? – gruñí mostrando mis colmillos.

– Calma calma, solo quería hablar contigo – dijo el pelirrojo.

Obedece alfa.《Completa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora