Capítulo 24: Era feliz con él.

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*Kazuna*

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*Kazuna*

A solo días de la subasta preparé una pequeña maleta, tenía un vuelo en la tarde a Japón, volaría fuera del país pues la subasta sería allí y aunque realmente no quería regresar a ese lugar, solo haciéndolo volvería a encontrarlo. Al llegar a la sala vi a Hikaru con el rostro pensativo y rápidamente le hablé.

– ¿Sucede algo?

El alfa me miró y no supo que decir, apretó sus labios y negó – Solo Ayato está de mal humor... Nada del otro mundo.

– ¿Seguro? – inquerí, pues un Ayato molesto realmente no era común.

Hikaru asintió – Seguro.

– Oh... Mmm, bien. – le respondí y procedí a marcharme, pero cuando estaba abriendo la puerta Hikaru habló:

– Kazu...

Me giré y lo miré – ¿Qué pasa?

Se rascó la cabeza pensativo mientras mostraba una expresión de cansancio. Abrió y cerró la boca como si quisiera decirme algo, pero no estaba seguro. Poco después negó – Solo cuídate... A donde vas es peligroso, cuídate por favor.

Asentí pero sabía que eso no era lo que quería decirme. Lo conocía desde hace muchos años y sabía cuando mentía o estaba preocupado y claramente había algo que no me estaba diciendo. – No te preocupes, me cuidaré muy bien. – con esas palabras salí de la casa.

El vuelo fue tranquilo y no hubo problema alguno en todo el transcurso y a pesar de estar un poco nervioso, pude controlarme

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El vuelo fue tranquilo y no hubo problema alguno en todo el transcurso y a pesar de estar un poco nervioso, pude controlarme. Después de llegar a un discreto hotel, no quería llamar la atención, estuve todo el día sin salir de la habitación.

En realidad estaba impaciente... Los deseos que tenía de estrechar en mis brazos a Ken, para no dejarlo alejarse de mi, eran tan inmensos que todo este tiempo después de descubrir que era muy probable el sujeto de la máscara, me había arrebatado el sueño aún más.

– Lo extraño... – susurré al techo.

Extrañarlo era poco, su falta me había atrofiado la vida. Se suponía que hubiese pasado mi ciclo de calor varias veces desde que se fue, pero nada... Nada había sucedido. Era como si mi cuerpo se negara a desprender feromonas en su ausencia. En este momento cualquiera pensaría que solo soy un simple beta.

Obedece alfa.《Completa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora