Nakahara Kenta un frío y agresivo omega que desprecia a los alfas que abusan de su género, conoce por temas de negocios al traficante de armas Aizome Kazuna, un alfa que tras no encontar a su pareja destinada decide simplemente divertirse con quién...
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*Ayato*
Como había dicho Hikaru en realidad si estaban pasando una droga particularmente muy peligrosa. Habían transcurrido días infiltrándonos en el distrito B5 para saber sobre ella, hasta ahora conocíamos varias cosas.
La primera era su nombre, SR como lo llamaban, pero que significaba Sueño Rojo. Sueño por los alucinógenos que contiene y rojo por su color.
Lo segundo es que ésta droga puede inducir el celo a cualquier casta, sea alfa u omega incluso a los betas los afecta.
Lo tercero, pero más terrorífico era lo que provocaba, además de inducir el celo también hacía ver a la persona que más amas frente a tí. Esto era un gran problema, pues las mentes ya dañadas por la droga eran fácilmente manipulables, pues para ellos delante estaba la persona en quien más confiaban.
Regresabamos del distrito, Hikaru iba manejando, pero se notaba muy nervioso y algo preocupado.
– ¿Por qué la cara? – pregunté, ya no me podía seguir aguantando la curiosidad. Cuando Hikaru vio la droga todo su cuerpo se tensó y eso había llamado mi atención.
Vi como suspiró y respondió – Prométeme que no dirás una palabra de esa droga a Kazuna.
Kazuna... De hecho hacía días que no se veía ni un pelo de él y cuando venía a casa salía apresuradamente, como si estuviera buscando algo. Pero... Todo esto solo animaba más mi curiosidad – ¿Por qué no debería? – inquerí levantado una ceja.
Hikaru por otro lado apretó el volante y de repente parqueó el auto a un lado de la carretera. Vi como a pesar de que había detenido el auto no decía nada, solo miraba hacia delante. De repente habló – Solo no le digas... Eso... Eso solo hará que se desquicie más de lo que ya está...
¿Qué? No entendía, cada vez solo estaba más confuso – No lo entiendo ¿Por qué lo volvería loco?
Silencio, Hikaru no dijo una palabra – ¡Hikaru habla! ¡No solo puedes venir y decir eso para quedarte callado!
Al haberle hablado en otro tono de voz el alfa solo apretó aún más fuerte el volante y dijo muy bajo – Kenta fue drogado con ella.
Y así sentí como poco a poco los engeanajes de mi cerebro se movían y unían los cabos sueltos. Ahora entendía todo, cuando secuestraron a mi hermano lo drogaron con SR.
– Para su suerte ésta aún no era tan potente – Habló de repente el alfa – Aún estaba de prueba y no la distribuían, más no obstante, como consecuencia lo dejó infértil. Si esa droga fuese la de ahora... posiblemente habría frito su cerebro, dejándolo totalmente incapacitado.
Respiré ondo. Cuantos secretos había descubierto después de la muerte de mi hermano... Realmente... luchó más de lo que me imaginaba, con razón hizo todo lo que hizo, con razón se empeñaba en ser el más fuerte. Nii-san era todo un luchador. Tantas cosas malas le habían ocurrido, pero aún así siempre salía adelante. Es alguien de admirar, aunque sus métodos eran un poco retorcidos. – Entiendo, ya se lo que le sigue.
