Capítulo 19: Soy tuyo.

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*Hikaru*

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*Hikaru*

Después que se fuera Kazuna con la loca idea de que Nakahara-san está con vida solté un gran suspiro. ¿Nakahara Kenta vivo? Bueno... miré la foto por ya no sé cual número de veces. Lo que sabía de ésta persona misteriosa, era que está destruyendo con su paso la red de tráfico de drogas y ventas de omegas y algo muy importante... de alguna manera todo esto... están relacionado con alguien poderoso. Tanto como ese zorro, como al que está tratando de destruir, son astutos y es como si este misterioso zorro le estuviera enviando un mensaje a su oponente.

Acomodé mis gafas y tiré del collar que traigo alrededor de mi cuello. Joder Ayato ¿Por qué lo apretó tanto? Realmente estoy a su merced desde ese día.

Flash back.

– ¿Y? ¿Ya sabes donde está Ray? – preguntó Ayato mientras cruzaba las piernas.

– Si – respondí cansado. No había pegado el ojo en toda la noche por buscar lo más rápido posible esa información – Está en Hong Kong, el por qué no lo sé, lleva ya unos meses allá por órdenes de su padre. Algún negocio bajo la manga debe ser.

– Mmm – El alfa se quedó pensativo – Ray no le hace caso a su padre, me cuesta pensar que solo lo hace porque Natsuo lo ordenó. – Extendió la mano para que le entregara el resto de la información, yo se la entregué y él solo la empezó a leer.

Yo estaba más rígido que una viga de hierro. Desde que le supliqué que me perdonara, el ambiente que nos rodea está más que tenso y pesado y... me di cuenta de algo... Nunca enojar a un Nakahara si quieres vivir. El temperamento de Ayato se salió de control como lo hacía Kenta ¿Acaso esta familia está completamente loca? En serio Kazuna ¿Cómo pudiste aguantar a Kenta y no morir en el intento?

– Bien. Buen trabajo. – dijo Ayato y mi cuerpo entero se tensó cuando se levantó y se acercó a mi. – No le pierdas el rastro y mueve a quien tengas que mover, no me interesa, pero averigua que es lo que se trae entre manos y... – dió una pausa y esos azules ojos se detuvieron en los míos – como hiciste un buen trabajo tengo que recompensarlo, así que te daré un regalo.

¿Qué? Apreté mis labios nervioso. No Ayato, de tí solo quiero que me perdones, y para eso se que me está humillando, así que lo que sea que quiere darme no será agradable.

Vi como sacó algo de su pantalón y se acercó aun más a mi . Tragué en seco al ver como tomó mi corbata, la aflojó y luego retiró. Lentamente abrió los primeros botones superiores de mi camisa y yo ya no pude solo esperar.

– A-Ayato ¿Qué rayos haces? – Pregunté confundido y algo nervioso.

El joven alfa me miró por un momento y rió al ver mi avergonzada reacción – El único que está pensando "cosas" eres tú – nuevamente dió un paso cada vez más cerca y al estar frente con frente dijo – No te muevas.

Obedece alfa.《Completa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora