Capítulo 33: Te obedeceré para siempre.

571 50 57
                                    

*Kazuna*

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

*Kazuna*

Caminé de un lado a otro, tardaban, tardaban demasiado, alisé mi traje y los nervios corrieron por mi cuerpo. Era un día muy importante y los nervios eran incontrolables.

Recordé estos años que pasaron. Si, ese día que Ken había recibido la bala él vivió.

*Flash back*

Después de no sé cuantas horas de cirugía, vimos como salían del salón. Me apresuré hacia ellos - Doctor! Dígame por favor, dígame que está vivo!

El doctor me dio una cálida sonrisa - La operación a sido un éxito. El paciente se recuperará.

- Ahh... - fue como si todo el aire en mis pulmones saliera de un tirón - Oh Dios, oh Dios - caí de rodillas del alivio que sentí mientras apretaba mi pecho.

- ¿Pero? - preguntó Ayato al ver la expresión del doctor.

- Ciertamente el paciente superó la operación, pero su cuerpo está muy débil, la pérdida de sangre fue mucha y es un milagro que aún viva, un minuto más y no lo hubiera soportado. Tendrá un largo período de recuperación y por el momento está sedado.

- ¿Puedo verlo? - dije a la vez que me levantaba. - Lo necesito ver yo...

- ¿Es su compañero no? - asentí.

- Son compañeros y parejas destinadas - dijo Hikaru mientras pasaba un mano por la espalda de Ayato para transmitirle calma y consuelo.

- Entiendo... Sería bueno que estuviese a su lado, nada es mejor que la presencia de su destino. En un par de horas podrá verlo, aunque debo decir que tal vez no despierte hasta mañana. - Dijo el hombre.

- No importa doctor solo... - suspiré - solo necesito verlo. Solo necesito ver qué está bien...

- Lo hará, llenen los papeles para el ingreso en recepción - dijo mientras se retiraba, asentí y sentí como Hikaru tomó mi hombro.

- Yo lo haré, tu solo descansa. - asentí mientras caminaba hacia unos asientos, Ayato hizo lo mismo al Hikaru irse.

- Sabía que lo lograría... - murmuró el joven alfa - Dios Nii-san. - su voz se quebró - Sabía que vivirías... - Ayato lloró y yo traté de consolarlo con un abrazo - Maldita sea, estaba tan asustado... - habló entre lágrimas, este joven alfa era fuerte, en ningún momento durante la operación él me dejó ver sus lágrimas, pero ahora que todo estaba bien ya no soportó ese dolor en el corazón.

- Ayato, de verdad prometo hacerlo feliz - dije con el hermanito de mi omega aún en un abrazo. El joven se apartó y aún con sus ojos húmedos me sonrió.

- Le pediste matrimonio ¿Verdad?

Yo me sonrojé y asentí - Si, lo hice. - susurré mientras sacaba el anillo. Ken me había pedido que lo guardara y se lo entregara después de toda la pelea. Me dijo "No quiero mancharlo" y no pude evitar sonreír al ver aquel accesorio. El anillo había sido hecho a medida, tenía grabadas unas pequeñas flores de sakura y un pequeño diamante, en si el anillo era simple, pues sabía que a mí omega no le gustaba portar cosas extravagantes.

Obedece alfa.《Completa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora