Capítulo 29: A merced de mi destino.

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*Kazuna*

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*Kazuna*

Después de lo ocurrido en el arroyo me sentía renovado, aunque se muy bien que tal vez fui un poco duro, pero ya estaba en un punto que no soportaba un minuto más; verlo de esa manera tan expuesta, desnuda y coqueta destruyó mi paciencia, más aún por los deseos que tenía de marcar su cuerpo con todo mi aroma y tacto... Incluso pasó por mi cabeza morderle la nunca cuando lo volteé, pero eso no iba a suceder, pues solo lo haría cuando Ken me lo pidiese.

Regresamos a la casa pero mi agudo olfato lo sintió... Justamente él estaba aquí. La sonrisa que adornaba mi rostro desapareció en un instante al ver al alfa.

– Apestan a sexo – dijo Ray de manera juguetona y divertida.

Chasqueé mi lengua y le sonreí con arrogancia para decir – Lidia con eso.

Ray puso los ojos en blanco y dirigió su mirada a mi omega – Veo que estás mejor Kenta, la última vez que nos vimos te desmayaste.

– Estoy algo mejor Ray, gracias por preguntar.

El tono suave con que le habló al alfa me puso alerta y sin prácticamente percatarme rodeé la cintura de Ken para decir – Por supuesto que está mejor, yo lo cuido muy bien.

Escuché un suspiro por parte del omega y Ray rió y sé muy bien que estaba siendo posesivo, pero ese alfa no me acababa de agradar, pues el comentario que dijo en el crucero de que él y Ken se habían acostado giraba en mi cabeza constantemente cada vez que lo veía.

Kenta acarició con una mano mi rostro y sonrió – Si, mi alfa es muy bueno y cuidadoso.

"Mi alfa" me enacantaba como sonaba y adoraba que todo el cuerpo de Ken oliese a mi. A pesar de que sus feromonas eran prácticamente nulas las iba recuperando muy lentamente, pero esa mezcla de aromas me aliviaban y excitaban como nunca.

– Lo veo – murmuró Ray – Pero... – se detuvo por un momento y me sorprendió cuando Ken habló.

– Si hablemos sobre eso – el omega en mis brazos se giró y susurró – Tengo que hablar de algo importante con él. – iba a protestar pero Ken me calló – a solas Kazuna.

– Pero.

– Pero nada. – la expresión seria del omega me desconcertaba ¿De qué iban a hablar a solas? ¿No confía en mi? Acarició suavemente mis mejillas y besó mi frente – Después hablaremos tú y yo, lo prometo.

Ahhh maldita persuación omega. No quería dejarlo ir a una habitación con otro alfa, pero tampoco quería hacerlo enojar. 

– Está bien... – lo miré triste y él negó.

– Kazuna – lo observé esperando sus palabras – Te amo.

Ah... Esas dos palabras cada vez que las decía causaban estragos en mi corazón.

Obedece alfa.《Completa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora