Capítulo 90 - Izuku Midoriya: DESCENSO

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En un lugar alejado de la sociedad, en las zonas montañosas de Japón, dos individuos se encontraban entrenando sus respectivos poderes de forma conjunta.

Resplandores rojizos y unos "Látigos Negros" con tonos anaranjados sobresalían de aquellas montañas de forma violenta y aparentemente descontrolada, pero eso no era así.

Ambos hombres adultos tenían el completo control de la situación, ya que eran expertos en el manejo de sus quirks debido a la experiencia que tenían en ello.

Los dos hombres eran Hikage Shinomori y Daigoro Banjo, el Cuarto Portador y el Quinto Portador del One For All, antecesores de Melissa Shield, la Novena Portadora.

Daigoro llevaba una sonrisa arrogante mientras atacaba a su maestro con los dos quirks que poseía, el original y el otorgado. Por su parte, Hikage esquivaba todos los rapidos y contundentes ataques a distancia con una facilidad impresionante.

Sus pupilas eran rojizas al igual que las partículas eléctricas que lo envolvían y en su rostro llevaba una expresión seria analizando los movimientos de Banjo.

Llegó a la conclusión de que eran torpes y predecibles, él solo poseía su poder de nacimiento y las brasas del One For All y tuvo más de diez chances de asesinarlo con suma facilidad.

Shinomori suspiró y se acercó de un movimiento a su alumno, los rayos rojos que cubrían su cuerpo se alborotaron y sus pupilas brillaron para luego generar una explosión de energía que emergió de todo su cuerpo.

Dicha explosión generó una masa de energía rojiza con todos negros que se disipó en el aire y mandó a volar a Banjo hasta estrellarse contra la dura superficie de la montaña.

El sonido del choque se logró escuchar a la distancia, los pájaros que descansaban en los árboles se asustaron y revolotearon alejándose de la zona emitiendo su normal sonido animal.

La energía anaranjada en forma de aura que envolvía al hombre calvo desapareció al igual que sus "Látigos Negros" y chasqueó la lengua con irritación al intentar recomponerse.

Ese último golpe lo tomó por sorpresa, le había dolido bastante y ya no era capaz de seguir entrenando y mucho menos moverse. Hikage Shinomori había sido el absoluto ganador.

El Cuarto Portador desactivó sus dos quirks, los rayos rojos se disiparon y sus pupilas volvieron a su color original mientras se acercaba a su sucesor negando con la cabeza continuas veces.

— No estás entendiendo lo que debes buscar, Daigoro — advirtió Hikage parándose frente a él y cruzándose de brazos — No logras complementar totamente tu quirk original al One For All, tienes que superar tus límites

— E-es fácil decirlo, Shinomori-san... — refunfuñó Banjo con dificultad debido al dolor — Usted es un prodigio, puede usar sus dos quirks de forma excelente... yo no nací con esa capacidad

— En el mundo existen montones de prodigios y seres muy poderosos que superan a la mayoría, Daigoro — recalcó Hikage riendo un poco — Te estoy entrenando para que te enfrentes a uno de ellos, no lo olvides... con esfuerzo y dedicación puedes lograr casi cualquier cosa

— ¿Dices que la perseverancia supera al talento natural? — preguntó el Quinto Portador con intriga — Diablos... extraño los días en que era fácil dominar mi propio quirk

— Levántate, Daigoro, tienes mucho que mejorar y un largo camino por recorrer — Shinomori extendió su mano al hombre calvo — Si peleas sobrevives, si no peleas mueres... así que pelea, Daigoro, pelea

Izuku Midoriya: ASCENSIÓNWhere stories live. Discover now