I am no longer unfaithfully yours| Ya no soy infielmente tuya| (Yatralu)

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[La Princesa Sofía VS Miraculous]

Sebastian

El fin de semana se me hizo eterno, no hice mucho, la verdad. Quizás por eso lo vi como infinito, solo estuve en unas cuantas entrevistas donde tuve que contar porque mi vuelta a Colombia tan repentina, lo cual lo respondí con esta simple oración «Extrañaba el calor de mi tierra, a mis amigos y familiares.» En parte es cierto, eso es lo que creen todos y creo que hasta Martina. Pero aparte de eso me motive a venir después de cuatro años porque necesitaba saber de Fanny, simplemente la extrañaba con mi vida, no pensaba en acercarme a ella, solo estar ahí cerca. Se que le he hecho daño, lo tengo clarísimo. Se que no hay nada que remiende mi partida y abandono hacia ella

Eso me lo dejo clarísimo el viernes, pero yo seguiré intentando. ¿Por qué? Porque así como la dañe puedo arreglarla. Arreglarla para siempre y que no sufra más, bastante tiene con todo lo que ha pasado años atrás...

—¡Tio Sebastian!— Me gire para ver a mi pequeña sobrina tomada de manos de la azafata. Traía en su otra mano una maleta crema, al momento en el que grito mi nombre soltó la mano de la azafata y corrió hacia mi.

—¡Milly de mi corazón!— Me agache a ella y la tome en brazos —¡Ay pero que grande estás!— Llene de besos su rostro. La extrañaba bastante, tenía tiempo sin verla porque ella vive en Italia con Juan, mi hermano. —¿Como estuvo el viaje?

—¡Mal tío! Fue muy largo— Esbozó enfades en su rostro.

—Lo importante es que ya estás aquí.— Acaricie su pelo y deje un beso en su frente, con una sonrisa en rostro —Te extrañe bastante ¿Sabias?

—Yo a ti— Se lanzó a mi y me abrazo. —¿Donde está mi primo?— Miro a su alrededor

—El está en el kínder. Ahora iremos a buscarlo porque en unos minutos sale, sirve y pasamos a comer algo porque debes estar muerta de hambre— Me puse de pie y tome la maleta de su mano para arrastrarla yo.

—¿Podemos ir a ese restaurante que tiene muchos juegos? Ese al que llevas a Matt— Pidió, mientras caminaba tomada de mis manos. Caminábamos con rapidez porque estábamos en pleno aeropuerto y sin seguridad alguna y no quiero quedar acorralado por fans.

—Pero claro que si. A ese y al que quieras, por cierto, ¿Te quieres ir con la abuela María o te quedarás en mi casa?— Cuestione.

—Quiero estar en tu casa para jugar con Matt pero tu esposa siempre me mira feo y me hace sentir mal, entonces me quedare en casa de la abuela si me dejas.

—Si eso te hará sentir cómoda pues si, chiquita. Aunque sabes que no permitiré que Martina te falte el respeto. Es mi esposa pero tú eres mi sobrina y casi como mi hija, en mi casa siempre tendrás tu habitación y espacio

—Gracias tío— Me dedicó una sonrisa —¡Oye!— Detuvo sus pasos —Sabía que debía enseñarte y preguntarte algo.

—¿Qué pasa? ¿Por qué te detienes?— Alce una ceja. Soltó mi mano para sacar algo de su bolsillo, saco un papel blanco... Oh no, era una foto, la estaba desdoblando —¿Que es eso?

—Lo mismo te quiero preguntar. Papá la tenía en mi álbum de fotos, me dijo que ella es una amiga tuya y esa foto fue de cuando estaba pequeña en la hacienda... Siempre tengo sueños con ella— Me acercó para foto y la tome. Una sonrisa ancha se formó en mi rostro al ver a Milly con solo meses en brazos de Lu.

Recuerdos llegaron a mi mente; Recuerdos que intento no sacar a flote día a día pero son esos, en los que fui feliz por minutos junto a ella. Esa vez de cuando la lleve a la cascada, el miedo que le entro cuando atravesamos el bosque y cuando la vi derrumbarse en frente mío. Ahí fue cuando supe que ella me necesitaba, necesitaba que yo le demostrara todo lo hermoso que veo en ella, todo el arte