XXIV| sin editar

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[Pensamientos, decisiones y caos]



Fanny

Ok, lo admito. No se ni que putas hacer, la psicóloga me dejo igualita, en el mismo lado y con la mete en blanco. Que blanco, mejor dicho, me la dejo hecha mierda y un caos.

Tanto así que hace unos minutos estuve buscando en Amazon una bola de cristal, encontré algunas en 100 dólares y por ahí va la cosa. Juro que la iba a comprar, pero luego consideré que me estaba volviendo loca así que razone la situación y decidí ser una persona madura y no comprar ningún objeto mágico que de seguro saldría chafa. En estos momentos estoy siendo madura y pensando la situación, mientras estoy estacionada en el parqueo del edificio donde se queda, quisiera decir su departamento, pero fue mío por un tiempo entonces mejor lo dejamos ahí porque es extraño. El tema es que, estoy acá abajo porque no quiero subir, llevo más de hora y media intentando tomar valor y tener los ovarios de decidir algo.

De pronto un sonido de afuera me hizo salir de mis abrumados pensamientos. Baje el cristal del auto para encontrarme con el seguridad del edificio

—Buenas tardes señorita Fanny, ¿todo bien?— Alce una ceja sin entender, noto mi desentendimiento por lo que volvió a hablar —Es que lleva tiempo aquí abajo, ¿perdió la llave del departamento? Con gusto puedo llamar a los cerrajeros.

—Oh, no. Si traigo llaves— No tengo llaves es claro, la tiene Sebastian pero la pregunta no fue concreta.
—Ya iba a subir de hecho, pero gracias por la preocupación.— Le dediqué una sonrisa dejando claro que todo está bien. Ganas de decirle que entre al carro y le echo el chisme para ver si sirve más que la psicóloga esa amiga de Yuridia

—Aquí estamos para servirle— Se quito la gorra de manera servicial y se alejó luego de ello. Subí el cristal del vehículo y me dispuse a tomar la fuerza de voluntad no se de donde.

Apague mi auto, tome mi bolso del asiento de copiloto y sin más, salí atrapándome el calor del estacionamiento.

Primero lo primero, Milly. Luego veo que hago con lo otro





Sebastian
(...)

Que hermosa se ve. Es lo único que puedo pensar cuando estoy cerca de ella, cuando la veo con una sonrisa a ella y ver la que causa a mi sobrina. Es increíble el cariño que le tiene Milly a Lu, a pesar de que retóricamente no se recuerda de ella ya que era muy bebe.

Estoy sentando en la íslera observando el amor que le ponen a hacer aquellas galletas y ver como están ambas cubiertas de harina. A veces me pregunto como hubiese sido la vida si lo que yo planeaba con ella se hubiese dado, si no hubiese perdido el embarazo. Me imagino la linda familia que seríamos,  viviendo en una casa más grande, llena de juguetes, amor, felicidad, quizás hasta más hijos y nuestras carreras musicales por la estratosfera. Pero por algo las cosas tuvieron que ser así y ahora tengo la oportunidad de iniciar de nuevo, de intentarlo de nuevo y no quiero dejar ir esa oportunidad.

—Prueba una y di qué tal están, pero con sinceridad Sebas— Me extendió una bandeja que agarraba con un paño para no quemarse

—Estoy dudando de tus habilidades en la cocina.— Bromeé antes de tomar la galleta, quería molestarla un poco

—Pero si Milly me ayudo a hacerla, prometo que no quedaron tan malas. Ándale— Extendió mas la bandeja hacia mi, con esa mirada que me colocaba me sentí sobornado. Me tocó tomarla, rendido.

La traje a mi boca, y pues si, he comprobado que mejoró en la cocina.

—¿Que tal esta?— Preguntó Milly con sus deditos cruzados, esperando una respuesta que le de felicidad. Olvide mencionar que yo soy el juez. Mastique e hice gesto de pensar antes de dar mi veredicto

—No esta tan mal— Di otra mordida a la galleta

—¿Tan mal?— Repitió lo que dije —Ve Milly, mira como tu tío rompe mi ilusión de vender galletitas.— Dejo la bandeja al frente mío y se quito el delantal haciendo puchero, que chantajista es.

—Eso no se hace tío— Me fulminó con la mirada renegando

—Quizás, si le hubieses puesto un poquito
más de...— Pensé unos segundo mientras me ponía de pie. Con malicia tome un puño de harina y tomándola desprevenida lo tiré en su cara —Hubiese quedado mejor.— Las carcajadas de Milly hicieron eco en la cocina y la de Lu no logre entenderla, no se si era enojo o que. Retiro de mala gana la harina de sus párpados y la vi morder su labio inferior

—Ya cagaste— Había otro bowl de harina frente a ella así que hizo el mismo acto que yo pero a diferencia, corrí por toda la cocina para no ser ensuciado. —Cobarde que eres, siempre huyendo— Me detuve quedando lejos de ella para observar su rostro al momento de decir aquello, obvio que lo dijo con su segunda intención pero para mi fortuna su rostro me demostraba humor y que lo dijo en broma.

—Pero ya no me iré— Me acerqué a pasos lentos con precaución de que no se alocara y me llenara de harina. Me incliné un poco hacia ella y el poco de harina que se encontraba en la punta de su nariz lo retiré con mi pulgar. Adorno su rostro con una sonrisa y sin previo aviso sentí como una gran cantidad de harina golpeó mi rostro. Lo único que resonó una vez más fue la carcajada de Milly. No lograba poder abrir mis ojos puesto que seria que cuando lo hiciera toda la harina entraría en ellos

—Eso espero, Obando— Limpio mis ojos con sus mangas, así logre abrirlos y observar un rostro triunfante.

—Lucia, que cruel eres a veces— Refunfuñe y volví a mi anterior postura. Tome un paño de la meseta y lo pase por mi rostro para retirar la mayor cantidad de harina —¿Que les parece si nos limpiamos y vemos una película mientras comemos estas galletas de la mejor chef y futura vendedora e galletitas?— Propusé, luego de dejar el paño en su localidad anterior.

—¡Si quiero! ¡Veamos Encanto!— Se bajo del banquito donde estaba posicionada y de pie ya que eso era lo que la hacía alta y corrió hacia la sala
—¡Vengase!— Gritó desde el otro lado de la pared

—Ve poniendo la pelo en lo que recojo este desastre de harina y meto las galletas en un bowl— Me dio la espalda para abrir el grifo y limpiarse las manos

—Eres nuestra invitada, ni en sueños, deja eso ahí que más tarde yo lo recojo. Solo tráete las galletas

—Te recuerdo que esta fue mi casa así que de invitada no tengo nada. — Me molesta que diga "fue" en pasado. Aún sigue siendo, para ella la compre aunque quiera hacerse boba, este depa le pertenece más a ella que a mi —Ya ve, termino rápido.— Mandó.

—Bueno...— Me acerqué a ella y me coloqué detrás suyo —Pero no te tardes, rubia. Recuerda que tenemos una conversación pendiente— Deje un beso en su mejilla y la escuché acertar

—¡Oigan espero por ustedes!— Grito Milly. No espere más así que me giré camino hacia la sala para poner aquella película titulada Encanto que tengo entendido es basada en Colombia.

A los 15 minutos Lu se apareció con las galletas y en una bandeja 3 vasos de jugo de naranja, lo dejo en la mesita enfrente y se sentó a mi lado. No cesaron los minutos para que recostara su cabeza en mi hombro, por ello, con mi mano cubrí un poco su cuerpo para que se sintiera más cómoda y entre eso, deje un beso en su sien. No se cual sea su decisión pero sea lo que sea la amo y yo se que ella a mi, esto no es fácil para ella pero toda está yendo bien y me hace feliz sentir esta paz que siento ahora que se que no será eterna.

Por eso, disfruto los pequeños instantes, al final, nada es eterno ni para siempre. Todo tiene tiempo de caducación, espero estar equivocado.















(...)

Muy corto, lo sé. Prometo publicar pronto
<3

I am no longer unfaithfully yours| Ya no soy infielmente tuya| (Yatralu)Kde žijí příběhy. Začni objevovat