De cuerdas y esperanza XII: Fin de la tristeza

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Abrazado por millones de estrellas

Siempre llamando a mis ambiciones

Mientras pasa este tiempo oxidado

Seguro que estás temblando

"Será complicado, pero estoy segura que podrás lograrlo. Será lo mejor para ti, te lo aseguro". Con ese sabio consejo de Mio aún muy presente en mi mente, apenas regresé al edificio de departamentos después de ir a la estación de trenes para despedirme de ella, me dirigí con pasos firmes a la habitación de Yui. No quería que pasara ni un solo minuto más para aclarar todo, esa extraña relación que había entre ambos debía terminar.

Me paré enfrente de su puerta. Realicé una profunda inhalación para juntar valor antes de dar dos toques fuertes, anunciándome.

— ¿Quién es? —Su voz desinteresada se escuchó al otro lado de la puerta.

— Sabes bien quien soy... ¿puedo pasar?

Apenas escuchó mi voz, sus pasos apresurados se acercaron a abrir velozmente. Sus ojos se iluminaron al verme frente a ella. Ante esa dulce reacción la culpa volvió a mí, manifestándose como una fuerte opresión en la boca del estómago.

— Yui...—Comencé débilmente mientras entraba en la habitación, ella cerró la puerta tras de mí.

— Así que como tu ex novia ya se fue, finalmente merezco que me veas de nuevo ¿verdad?

Me volví para encararla tras escuchar de nueva cuenta su voz inundada en celos. Me encontré con sus elegantes ojos azules contemplándome con rencor, pero aun así eran añorantes. Parecía luchar consigo misma, debatiéndose entre ceder a los sentimientos que tenía por mí, o seguir con sus reclamos.

— La manera en que te comportaste con Mio no fue la correcta. Estoy seguro que eres consciente de eso.

— ¿Y cómo más esperabas que lo hiciera? —Continuó con envidia, avanzando unos pasos hacia mí—¿Qué te felicitara por pasearte con tu ex novia enfrente de mis narices?

— Tendrías razones para hacerlo si fueras mi novia, pero te recuerdo que tú y yo no estamos en una relación.

Expliqué con severidad. Guardé silencio unos segundos esperando su respuesta, una que no llegó. En lugar de eso tensó sus labios, desviando la vista hacia un lado. Pensaba que no diría nada, pero me equivoqué. Apenas abría la boca para proseguir cuando me interrumpió con debilidad:

— No quiero que nadie se interponga entre nosotros.

— Yui, no hay un nosotros. —Mi voz salió en un susurro herido. Sabía que mis palabras la herirían, pero ahora que las cosas ya se habían salido de control, me tocaba ser firme y honesto—. Tú misma me lo dijiste ¿ya no lo recuerdas? Que no te gustaban las relaciones formales. Los dos estuvimos de acuerdo y fuimos muy claros en lo que queríamos. Ahora es demasiado tarde, esto ya no puede cambiar.

Mi corazón encogió de pesar cuando la vi cerrar fuertemente sus ojos en una mueca de dolor, para después abrazarse a sí misma. Me sentí como la persona más detestable del mundo al dejar que las cosas entre nosotros siguieran, pensando ingenuamente que no habría consecuencias, pero me equivoqué. Como muchas veces antes, mi debilidad me hizo errar y lastimar a más en el proceso.

Me acerqué a ella para terminar la distancia entre nosotros. La envolví en un cálido abrazo para después decirle con suavidad:

— Discúlpame, no debí dejar que las cosas llegaran tan lejos. Es mejor que todo termine ahora. Sigamos solo como...

Las notas de mi destino [Dororo AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora